El presidente de la Comisión Ejecutiva de Cáceres 2106, el concejal de Foro Ciudadano Felipe Vela, ha mostrado su sorpresa porque la alcaldesa Carmen Heras hiciera de Carlos V y lo que representa su figura como europeísta conectado con Extremadura el principal argumento de presentación de la candidatura a la Capitalidad en el Parlamento Europeo. Vela se sorprende porque dice que el Consorcio Cáceres 2016, en el que están representadas las instituciones y entidades comprometidas con el proyecto, dejó sobre la mesa, con el voto de Heras, que Carlos V fuera una figura que se pudiera utilizar en la candidatura.

Sin poner en duda que esta historia sea como la cuenta el concejal y que incluso está justificada su sorpresa, Vela debería haberse resistido a expresar esas diferencias. Ser Capital Cultural Europea no es un asunto menor. En España existe en torno a esta oportunidad una competencia feroz; más de una decena de ciudades de la entidad de Córdoba, Málaga, Pamplona, San Sebastián... pretenden lograrlo. En este contexto, las fisuras, las diferencias, las ´extrañezas´ deberían quedar para el debate interno, tan intenso como se quiera. Y máxime cuando, como en este caso, la alcaldesa habría hecho defensa de una idea que también había defendido Vela. ¿Hay necesidad de exacerbar las diferencias, de destacar lo que separa a cada miembro de los órganos que tienen que ver con la candidatura de Cáceres? Una de las virtudes del proyecto de la ciudad es haber logrado concitar muchas voluntades. Vela lo sabe. No debería tirar piedras contra sus cristaleras.