WUwn informe de la ONU y una resolución del Parlamento Europeo coincidieron ayer pidiendo a Estados Unidos el cierre de la cárcel ilegal de la base de Guantánamo, donde están confinadas 500 personas. Es una ofensiva para que la primera potencia mundial respete el derecho internacional.

Desde que George Bush declaró la guerra al terrorismo vulnera sistemáticamente la Convención de Ginebra y la propia legislación norteamericana con encierros ilegales no decididos por tribunales democráticos, y con vejaciones a los presos. ¿Imaginan qué sucedería si en otro país se tratase a presos norteamericanos como en Guantánamo o Abú Graib? Tal como indican Naciones Unidas y el Parlamento Europeo, en Guantánamo se transgreden los tratados internacionales sobre derechos humanos y se niega a los detenidos la posibilidad de un juicio rápido y justo o recobrar la libertad. Las fotografías de Abú Graib permiten sospechar lo que puede estar pasando en Guantánamo, sin testigos ni filtraciones. Mientras las cosas sigan así y, por si faltaba algo, Estados Unidos se empeñe en formular una vergonzosa revisión del concepto de tortura, es impensable que remita el antiamericanismo dentro y fuera del mundo árabe.