'Lazarillo de Tormes' será siempre actual, no porque simbolice una inclinación genética del español a la corrupción, sino porque refleja la condición humana, siempre vigente. Es lo que tienen los clásicos. Cuando El Brujo , un sabio que la representa hace 20 años, dice que los de hoy no son pícaros sino canallas, dice bien. Pícaro es quien sobrevive en la miseria, tan difícil de gestionar; lo de los voraces pijos sin alma que sufrimos hoy, sí es la corrupción de los canallas de siempre, otro clásico.