Juan de Borbón esperaba suceder a su padre Alfonso XIII , pero Franco se oponía por carta, un 16 de julio de 1969. Fue como una bomba que le explotó en las manos. Aquél, "bronceada la piel de yodo y mar", se derrumbó como en una escena de tragedia griega. Poco le había valido prometer ser rey constitucional de todos los españoles; aunque la Historia, que tiene grandes sorpresas, giró 180 grados cuando, el 6 de diciembre de 1978, una Constitución, firmada por su hijo Juan Carlos , ya rey, liquidó la obra del general.

Años atrás se había esforzado por derribar a Franco, que, aunque contaba con el aparato del Estado, debió sortear numerosas intrigas de Sainz Rodríguez y de otros miembros de su Consejo Privado. Los aliados de la Segunda Guerra Mundial, estuvieron al lado de don Juan y Franco al de Hitler ; mas aquélla dio un vuelco, caía Mussolini y en Yalta se decidió que Don Juan sería el rey de España.

Pero muere Roosevelt y Franco se salva, pues Truman , que deseaba su permanencia, sacrificaba al Conde, que puso su pasión en el mar y en preocuparse por la formación del Príncipe, que acaparó políticamente Franco. En 1975 moría éste, y era instaurada la Monarquía del 18 de julio, a la que debía unirse la legitimidad histórica, que suponía la abdicación de los derechos dinásticos del Pretendiente en su hijo. Zarzuela, mayo de 1977. Don Juan, escribe Anson: pronuncia con voz velada, el gesto firme y la dignidad en el semblante, un discurso sereno, escrito para la Historia: "¡Majestad, todo por España, viva España, viva el Rey!" Heroico gesto de servicio al país, mientras ambos sentían, "sobre las venas abiertas de la Monarquía, la tristeza de aquella mañana".

Se cumplen 100 años del nacimiento de don Juan que, según Umbral "pasó como una sombra de oro y silencio por la Historia, pero habiendo dicho, con voz oracular, las verdades del pueblo". Como anunció en la clínica de Navarra: "Veo mal a España, algo desgarrada y con su unidad amenazada". Luego su "corazón de lobo" dejaba de latir, aunque las brasas monárquicas que mantuvo encendidas se reavivaron con el nuevo Rey, que ha dado al país una larga época de bienestar.