Algunos representantes del sector de la hostelería dicen que la Ley del tabaco es imprecisa, ambigua y en casos concretos discriminatoria. Lo que no dicen es que algunas organizaciones del sector llevan años trabajando para acomodar la ley a sus intereses. Por lo tanto, lo primero que deberían hacer es hablar sobre el resultado de sus acciones de lobby. Si no se hubieran opuesto todo este tiempo a las medidas eficaces de prevención del tabaquismo, aceptarían de buen grado que no se permitiese fumar en todos los locales de la hostelería sin distincion de superficie. ¿Qué tipo de presiones promovieron esa discriminación ? En ningún estado que se ha prohibido fumar en todo el sector del ocio se ha producido una pérdida neta de clientes ni de beneficios económicos. La resistencia a este tipo de regulaciones en el sector del ocio no resulta razonable sino más bien extraña y desproporcionada. Al contrario de lo que se dice por ahí, la ley es muy clara en sus opciones legales. O se hace un tabique con una puerta o no se permite fumar en todo el local. Lo demás son interpretaciones de mala fe, lisa y llanamente. El miedo a los enfrentamientos no está justificado. Después de años de presiones, ocho meses de tramitación parlamentaria y ocho meses de plazo para adaptar los locales, ahora resulta que no se entiende la ley y que hace falta mas plazo. Este es el concepto de la democracia que algunos tienen. Con asuntos de salud no se negocia y, menos aún, fuera de plazo.

Rodrigo Córdoba **