Esto que aquí les cuento ocurrió en Las Hurdes no hace tanto tiempo. Testigo de lo que digo fue José Luis Gómez, el bombero de Pinofranqueado, que lo vivió en sus carnes. Resulta que un buen día, un forastero curioso, presumido y zascandil, se acercó por la comarca con el propósito de burlarse de los lugareños, debido a la información distorsionada y sesgada que había recibido, a saber por parte de quien. El sujeto pensaba que los hurdanos, a parte de ser torpes, eran retrasados y analfabetos, por lo cual podía mofarse libremente de ellos a la cara, sin temor a posibles represalias, puesto que pensaba erróneamente, que no percibirían el sentido de sus palabras.

El sujeto se llamaba Calixto por más señas, un personaje dudoso que aportaba más bien nada, pero merece reseñas, por ser un tonto del haba.

Los extremeños sabemos de sobra que Extremadura es la región más desconocida del país y eso conlleva una serie de prejuicios que nos llenan a todos de vergüenza y también de un poco de culpa.

Siempre que se hace referencia a nuestra región apelan a la España profunda sacando a relucir temas tan sangrantes como la emigración, la miseria el subdesarrollo, el paro, Puerto Hurraco y últimanente el tan manido tema del dichoso tren. La mayoría de las veces hablan de nosotros desde el desconocimiento y la insensatez y casi siempre lo hacen de forma despectiva y ofensiva. Desgraciadamente después de tanto tiempo, los extremeños ya nos hemos acostumbrado a convivir con ello. Pero aprovechando esta tribuna, voy a intentar dar un toque de atención a esos turistas despistados y viajeros desinformados para que cuando vengan a visitar Las Hurdes lo hagan de otra manera, es decir, que vengan de frente y dejen aparcados sus prejuicios, que no vengan buscando las referencias de Buñuel, o sea el bocio, el analfabetismo, la ignorancia o la pobreza, en lugar de venir a disfrutar de su maravilloso e incomparable paisaje, de su excelente gastronomía y de la bondad y generosidad de su buena gente. Sin darse cuenta, los muy cretinos que estamos en el siglo XXI y que los tópicos típicos y los estereotipos literarios y cinematográficos afortunadamente están fuera de tiempo y de lugar.

Nota: a Las Hurdes hay que venir paso al frente y por derecho. No vengas sacando pecho porque vas a recibir. Si vienes como Calixto, dándotelas de muy listo y mirándonos de lado, vas a salir trasquilado. Y te irás refunfuñando como el gallo de morón. !Sin plumas y cacareando!