Veo a Rubalcaba en los desayunos famosos de la Primera, disertando de múltiples temas. Rubalcaba al menos ha tenido la gentileza, valentía o necesidad de hacerlo, porque ya saben que la consigna de Rajoy es no hablar de Bárcenas, como si no mentando a la bicha, la bicha no existiese, ¡qué ingenuidad! El ingenuo presidente al menos se ha explayado con Merkel aunque haya recibido calabazas alemanas que deben de tener un tamaño imponente. Rubalcaba está enjuto como pasita y se le ha puesto cara de garbanzo con barbas. Sigue gesticulando igual que su clon por más que a mi entender su discurso tiene poco recorrido, pues ni él parece creérselo. Habla del escándalo de la Fundación Ideas y una no entiende por qué saca pecho, (poco) cuando dice sin avergonzarse que al "golfo" del exdirector lo han echado, en lugar de hacer por encarcelarlo. A Rubalcaba lo que verdaderamente le va es hablar de Bárcenas, y lo entiendo. Así aconseja a Rajoy que explique bien todo lo del siniestro extesorero. Yo lo exijo -sin mucha fortuna-, pero tampoco entiendo por qué el líder del PSOE no se interesa por el tesorero de su socialista fundación al que pareció de perlas pagarle a un escribiente la ridícula cantidad de tres mil euros por artículo. Por cierto, un tesorero con nombre y apellidos. Ahí lo dejo.

Y no crean que con eso pretendo equiparar la siempre presunta zorrería de unos con la de otros para que se diluya la culpa porque todos son iguales. Nada de eso. Que paguen todos, ¡pero pronto! Pues cuando oigo a la muy seria ministra Pastor que las reformas requieren un tiempo para dar resultado, me pregunto cuánto tiempo se tarda en poner en marcha una verdadera reforma de la Justicia, esa que Gallardón confunde con subir las tasas, de modo que tanto imputado, desde Díaz Ferrán a Bárcenas pasando por yernos reales de genitales inflamados, folclóricas, ex alcaldes casposos, empresarios de la noche codiciosos y concejales corruptos sean juzgados con prontitud y no se eternicen sus causas hasta el infinito y más allá. Por no hablar hoy de los sobrecitos en negro.