WLw as mujeres y los hombres son iguales en dignidad humana, e iguales en derechos y deberes", proclama la ley orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres que el jueves aprobó el Congreso de los Diputados. La igualdad entre hombres y mujeres es un principio jurídico universal recogido en la legislación internacional sobre derechos humanos, pero resulta evidente que con el reconocimiento formal no basta, porque no existe una igualdad de trato y de oportunidades para las mujeres. Por eso la nueva ley se propone combatir la violencia sexista, la discriminación salarial y en las pensiones de viudedad, el mayor desempleo de la mujer --en Extremadura es particularmente sangrante, donde más de dos tercios de los desempleados son mujeres--; la escasa presencia femenina en puestos de responsabilidad política, social, cultural y económica, o los problemas de conciliación entre la vida personal, laboral y familiar.

Tras su paso por el Senado, la nueva ley establece que los permisos de paternidad pasarán de dos a 15 días de duración, que serán 28 en un plazo de seis años; que el permiso de maternidad en caso de parto prematuro se ampliará tantos días como el bebé permanezca hospitalizado, hasta un máximo de 13 semanas adicionales; que las excedencias para que un trabajador pueda cuidar a un familiar serán a partir de ahora de dos años; que las empresas de más de 250 trabajadores estarán obligadas a negociar con sus empleados planes de igualdad en sus convenios colectivos...

La ley aborda el espinoso asunto de la discriminación positiva, que los legisladores prefieren denominar "derecho desigual" en favor de las mujeres, las cuales recibirán un plus de poder que compense siglos de desigualdad incluso legal. En el terreno de la actividad privada, por ejemplo, se establece que las sociedades anónimas "deberán promover" la presencia de mujeres en sus consejos de administración. En cuanto al poder político, se modifica la ley electoral para que la representación de ambos sexos esté equilibrada. A partir de las elecciones locales y autonómicas del próximo mayo, las listas electorales deberán ser paritarias, de tal forma que en cada tramo de cinco candidatos, no haya más de tres de uno u otro sexo. Las leyes electorales de cada autonomía podrán mejorar esas paridad, nunca reducirla.

Estos criterios no son compartidos por muchas personas defensoras de la igualdad, y en este sentido no deja de tener razón la alcaldesa de Fuente de Cantos, Maxi Delgado, cuando dice que debe ser la voluntad y no las leyes el motor de la igualdad, pero la realidad es a veces resistente al cambio y las leyes están para servir a los ciudadanos de su tiempo. Cuando la desigualdad por razón de sexo haya sido superada, una ley como esta dejará de ser necesaria, pero hoy en día queda tanto por hacer que impulsos legislativos son imprescindibles para avanzar en el camino de la igualdad.