Subir o bajar los impuestos. Planteándolo así, a palo seco, sin decir qué impuestos ni a quién se suben o se bajan, se empobrece el debate, se camuflan los contenidos y se deriva hacia la confrontación bipartidista en blanco/negro entre PSOE/PP.

Naturalmente, nadie discute la necesidad de los impuestos pero hemos de reconocer que no son simpáticos, todos pensamos que ya pagamos bastante y que son otros los que deben pagar más.

La propuesta de bajar los impuestos siempre tendrá eco favorable porque en el fondo de nuestro bolsillo todos queremos pagar menos. La propuesta de subir los impuestos a los ricos también tendrá eco favorable porque los ricos son menos. Pero ¿cuál de los dos mensajes puede ser más rentable electoralmente? Esa es la baza que PSOE y PP se están jugando, cómo conseguir más rentabilidad política diferenciándose en algo que hasta ahora, prácticamente coincidían.

En las circunstancias de crisis en que estamos inmersos, parece poco discutible que algo hay que hacer, también en materia de impuestos. Veamos a grandes rasgos como es nuestro sistema retributivo y tendremos más de una pista sobre qué hay que cambiar.

--Para empezar, la presión fiscal en España está entre 4 y 7 puntos por debajo de la media de los países europeos con los que tanto nos gusta compararnos (Alemania, Francia, Inglaterra, Holanda...) y nadie hasta ahora ha atribuido la crisis a la presión fiscal. Por lo tanto hay un margen.

--Las rentas de capital tributan menos que las rentas del trabajo. Es difícilmente explicable por qué los beneficios de acciones, fondos de inversión, operaciones de bolsa, etcétera, tributan menos que los salarios.

--El tipo máximo del IRPF que en los primeros años de la democracia era del 65%. Felipe González lo dejó en el 56%, Aznar en el 45% y Zapatero en el 43%. Mientras tanto, ¿qué reducción ha habido para las rentas medias y bajas?

--El impuesto de lujo, de gastos suntuarios y de Patrimonio han sido suprimidos por el PSOE con la complacencia y el aplauso del PP. Recordemos que ese impuesto lo pagaban quienes tenían un patrimonio superior a los 600.000 euros. Resulta difícilmente explicable, especialmente para el PSOE, la retirada de esos tributos.

--Los tramos intermedios del IRPF, es decir, los ingresos comprendidos entre 21.000 y 53.000 euros, o sea las famosas clases medias, es evidente que soportan una presión tributaria mucho mayor que las grandes fortunas.

--El impuesto de sociedades no está modulado en tramos, es único, con lo cual se aplican los mismos tipos impositivos a las PYMES y autónomos que a las grandes corporaciones.

--Según estimaciones del Banco de España, el fraude fiscal y la economía sumergida en nuestro país está entre el 22% y el 25%.Ya sabíamos que Hacienda no somos todos y que la Picaresca es un género de literatura genuinamente español.

XESTA DESCRIPCIONx resumida es poco discutible. Es así, y no es radicalismo afirmar que el sistema tributario español es bastante injusto y desequilibrado; la trifulca entre PSOE y PP no debería ocultar a la ciudadanía que ellos, los dos, son los creadores de este sistema...

Del PP sabemos que quiere menos impuestos y aunque eso no lo dice, quiere menos estado, menos servicios públicos y menos gasto público. El PSOE tiene otro discurso, pero no se atreve o no sabe hacer lo que dice, por eso da tantos bandazos y siembra tantas expectativas que luego se quedan en nada. ¿Por qué si no, la propuesta de Pepe Blanco de subir los impuestos a los ricos para dárselo a los pobres, fue rápidamente matizada por Salgado y Zapatero diciendo que iban a ser subidas moderadas, transitorias y puntuales? ¿A quién querían tranquilizar?

Para que haya más justicia fiscal hay que reformar profundamente el sistema tributario español, no bastan retoques. Sin salirse ni un ápice de la Constitución (Artículo 31) se deberían tomar las siguientes medidas:

Igualar, al menos, la tributación de las rentas del capital y las del trabajo. Aumentar el tipo máximo del IRPF al menos al 50%. Restablecer el impuesto de Lujo y de Patrimonio. No tocar, o bajar, el IVA de los productos básicos. Modular el impuesto de Sociedades y el recurso cuantitativamente más importante. Luchar eficazmente contra la economía sumergida y el fraude fiscal.

Aplicando estas medidas, se recaudarían no solo los 15.000 millones que ha dicho el Gobierno, sino mucho más y sólo así se podrían mantener los niveles de gasto público que exigimos y necesitamos. La cuadratura del círculo de "bajar impuestos y ofrecer los mismos servicios públicos" no se la cree nadie.

Si no se hace así, seguirá el debate en blanco y negro, entre los buenos y los malos. La batalla de la opinión la ganará el PSOE o el PP, ya se verá, pero perderemos la mayoría, porque la crisis la sufrirán y la pagarán los de siempre, los que no la han provocado y sólo viven de su trabajo.