Desde 1999, cada 12 de agosto se celebra el Día Mundial de la juventud, una ocasión especial para analizar la situación de los jóvenes, recordar los muchos problemas que afectan a la juventud mundial, y reivindicar más y mejores políticas destinadas a solucionar estos problemas, mejorar sus condiciones de vida, y aumentar as expectativas de futuro de los jóvenes en todo el mundo.

La realidad indica que los jóvenes siguen siendo uno de los sectores más vulnerables de la población mundial. De hecho hay más de 200 millones de jóvenes viviendo en la pobreza, ciento treinta millones analfabetos, ochenta y ocho millones desempleados y diez millones enfermos de VIH/SIDA.

El 18% de la población mundial de jóvenes vive con menos de un dólar diario y un treinta por ciento más lo hace con dos dólares (800 millones de jóvenes), unos datos terribles y abrumadores que certifican la necesidad de tomar medidas y de adquirir un compromiso firme y serio para garantizar que esos millones de jóvenes que viven en una situación desesperada puedan disfrutar de unas condiciones mínimas que les garanticen un presente y un futuro digno, que a su vez sea garantía para las generaciones que vengan detrás. Medidas que pasan por sacar adelante con éxito compromisos como los Objetivos del Milenio, por que todos y cada uno de los países desarrollados asuman la necesidad de destinar el 0,7% del PIB a la ayuda al desarrollo, o por que todos, ciudadanos y administraciones públicas de todo el mundo, convirtamos la lucha contra el cambio climático, que ya es causa de sequías y de hambrunas en determinadas zonas del planeta, en una realidad reflejada en hechos y políticas concretas.

Medidas y compromisos que ha asumido el Gobierno de España, y que hacen que muchos jóvenes no sintamos orgullosos e identificados con nuestro presidente, quien se ha marcado como objetivo para nuestro país convertirlo en referente mundial en la lucha contra el hambre y el subdesarrollo, desde todos sus aspectos, y atajando todas sus causas.

Por ello, los jóvenes españoles podemos sentirnos satisfechos, hoy, Día Internacional de los Jóvenes, porque vivimos en un país que en menos de cuatro años se va a convertir en el primero en destinar el 0,7% de su PIB a la ayuda al desarrollo; porque el Gobierno ha expresado no sólo con palabras, sino también con hechos, su compromiso con los Objetivos del Milenio; porque ante cualquier llamamiento de ayuda internacional nuestro país responde con generosidad, tal y como ocurrió en la Cumbre contra el Hambre de la FAO, donde España se comprometió a donar 500 millones de euros para paliar la actual situación de emergencia-

Porque a pesar de las dificultades a las que nos enfrentamos, existe el convencimiento de que la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente es el camino obligatorio para asegurar el futuro de la humanidad.

Los jóvenes españoles podemos y debemos sentirnos orgullosos de ser ciudadanos de un país solidario y comprometido. Pero como jóvenes que somos, no debemos ser conformistas, y tenemos que mantenernos reivindicativos en todos los frentes para conseguir que no se dé ni un paso atrás, y que nuestro país siga caminando en esta senda, y tenga capacidad para que otros muchos se unan a nosotros y contribuyan a que cada vez seamos más los que luchamos por un futuro mejor para todos.

*Parlamentaria regional del PSOE y presidenta de la Comisión de Jóvenes y Deporte.