THta muerto Peter Benenson, un personaje que pasará a la historia por alumbrar un proyecto que en los últimos 40 años ha servido para salvar vidas y repartir libertades. En 1961 este abogado se estremeció al leer que en Lisboa habían condenado a 7 años de cárcel a dos estudiantes que se atrevieron, en plena dictadura salazarista, a brindar por la libertad en un restaurante. Abrumado, publicó una columna en The Observer titulada Los presos olvidados y en la que hacía una llamada para actuar ante este tipo de situaciones.

Así nació Amnistía Internacional, tratando de liberar a presos de conciencia en cualquier lugar del mundo sin importarle si el carcelero era rojo o blanco; si el preso era amarillo o negro, intentando desterrar la tortura y procurando la abolición de la pena de muerte. Han pasado más de 40 años y la vela rodeada de espinas sigue encendida porque, desgraciadamente, aún hay ejecuciones, malos tratos y presos por pensar distinto. Sería deseable que aquel invento de Peter tuviera que cerrar porque los Derechos Humanos se cumplieran como la ley de la gravedad. Hasta que llegue ese momento habrá que seguir echando una mano: cuantos más seamos, antes acabaremos su tarea.

*Profesor y activistade los Derechos Humanos