Justo cuando el barómetro de noviembre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) recoge que la corrupción es el segundo problema para los españoles nos informan que la red de corrupción Gürtel anotó como "cobro ficticio" los viajes, billetes y hoteles que sus empresas pagaron a la actual ministra de Sanidad, Ana Mato ; nos muestran que empresas de la red citada se encargaron de los retoques digitales para eliminar arrugas y otros defectos en la imagen de Esperanza Aguirre que figuraba en los carteles de las elecciones de 2003 en las que logró la Presidencia de la Comunidad de Madrid y que inflaron el coste de su toma de posesión en 2007 y otros actos del Gobierno regional; y nos enteramos que el Gobierno de Aznar , entre 1996 y 2004, adjudicó 13 millones a la empresa de armamento que fue contratada más de 60 veces (Einsa) y para las que después hizo gestiones una vez que el expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa , puso en contacto a ambas partes.

El CIS sitúa en cuarto lugar a la educación como problema que más afecta personalmente a los ciudadanos justo cuando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico publica que los escolares de España de 15 años están en matemáticas y lectura como a primeros de siglo, según resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA). Dicho estudio reitera la relación directa entre el nivel sociocultural de las familias y éxito escolar; así como lo que pesa la losa de la herencia cultural a la hora de los resultados académicos. Pero el ministro de Educación, José Ignacio Wert , anuncia que no tirará la toalla, que seguirán por la senda de los recortes digan lo que digan PISA y el CIS, y que ante el subdesarrollo educativo y económico la medicina del Gobierno es la Ley para la Mejora de la Calidad Educativa.

Nota destacada es la afirmación del vicesecretario regional de organización del PP, Juan Parejo : "Cada vez hay más esperanza y menos pesimismo; 2014 será el año de la recuperación y el crecimiento". Lo dice cuando el CIS recoge que el 40% de los españoles piensa que en 2014 la situación seguirá siendo igual y un 30% considera que será peor aún que en 2013.