TRtesulta sorprendente que el gobierno que está en una lucha que, por otro lado, resulta lógica y comprensible contra todos aquellos que atentan contra la seguridad vial en nuestro país; de repente, sin informes preceptivos positivos al indulto, tanto de la Audiencia Provincial de Valencia, fiscalía y acusaciones particulares indulte porque sí a un conocido kamikaze que ha matado (hubo una víctima en ese comportamiento penalmente responsable, José Alfonso Dolz ), permitiéndole salir de la cárcel, después de un largo proceso judicial al que se vieron abocados los familiares de las víctimas del comportamiento criminal de este kamikaze, con una condena de trece años de cárcel.

Y lo grave es que el ministro del interior se despache con unas declaraciones, que quedan atónitos a cualquiera, en relación a que habrá que mirar de otra manera cuando se den indultos como esta naturaleza; que tanta alarma social ha suscitado en la opinión pública y publicada; sobre una decisión que es una gracia que tiene el ejecutivo, de una norma del siglo XVIII, y que correspondía a un período absolutista. Es difícil de entender para los familiares y para las víctimas, pero ciertamente para la sociedad es un verdadero escándalo.

No resulta fácil para esa opinión pública, por un lado, el afán que ponen las autoridades con las multas, las sanciones, y las penas de cárcel; y, por otro, se tomen decisiones de este calado; bajo qué criterio, que entra en contradicción con el anterior. Convendría aquí solicitar una revocación de la decisión de indulto del propio consejo de ministros. Teniendo en cuenta lo dicho por algún miembro del ejecutivo; y, al mismo tiempo, basándose en sus propios criterios de luchar contra este tipo de comportamientos, que tantos accidentes provocan y que tanto cuesta de vidas humanas y de coste económico. Esto es, habría que hacerles reconvenir de una decisión que va contra sus propios actos. Para qué entonces, por ejemplo, una fiscalía de seguridad vial. Si, como ha resultado este caso, se otorga una medida de gracia a personas sobre las que se ha probado sobradamente, y con resultado muerte un comportamiento que produce un reproche social y penal.

XCADA VEZx cuesta más entender determinadas decisiones del ejecutivo, que tras las leyes que fabrican, hacen y tergiversan utilizan diferentes varas de medir. Esta sociedad empieza a estar cansada de reclamar esfuerzo y comportamiento de los ciudadanos y mientras que los que dicen otorgarse el mandato de representar a los ciudadanos, se convierten en una especie de casta, con capacidad de tomar decisiones, que, como esta, huye de cualquier lógica y escandaliza.

No puede solventarse el matar a una persona, y producir unas cuantas víctimas, en un mero informe del centro penitenciario, y lo que es peor en la capacidad que tenga un determinado despacho de abogados, de influir, y de ejercer esa especie de lobby encubierto en decisiones tan injustas y de tanta trascendencia. No es de recibo, y ahora a todos los que somos conductores, aquellos que podemos estar expuestos a estos comportamientos, todas esas grandes campañas de lucha contra los accidentes de tráfico vial:¿qué opinión nos merece esto? al final todo ese sistema punible y de multas, tiene una finalidad más recaudatoria, que verdaderamente ejemplarizante contra aquellos que consideran la vía pública terreno abonado a todo tipo de comportamiento delictivo.

Con esta decisión lo que se ha conseguido es borrar de un plumazo la credibilidad que los ciudadanos tenemos hacia el compromiso real de este ejecutivo contra aquellos que como los kamikazes ponen en peligro la seguridad vial y la vida de las personas. Desde luego es un mal precedente, muy malo, y más cuando, detrás de todo esto, existen informes que se pronunciaban en contra del indulto; y aún más, ante la incredulidad y la sorpresa de estas decisiones, se esconde la sospecha de que la misma ha sido inducida por influencias partidarias, que debieran estar siempre ajenas al que nos gobierna, cuya máxima debiera ser velar por el bien común de todos los ciudadanos. Y luego quieren tener credibilidad esta clase política, se están ganando a pulso estar en el último lugar de cualquier lista, y hoy están en sus horas más bajas de afectación de la sociedad. La peor situación a la que debe estar sometido un político que dice tener un mandato de los ciudadanos a los que supuestamente representa. En este caso, se han conformado con representar a uno sólo y no es el bueno, precisamente.