El rey ha convocado consultas exprés para el 24 y 25 de este mes, a ver si de una vez se puede formar gobierno y, entre tanto, Javier Fernández se emplea inútilmente en hacer pedagogía, intentando explicar que abstenerse no es apoyar, algo que cualquiera que mire el diccionario constata al instante, pues ambos términos jamás han estado cerca de ser sinónimos. El bando sanchista, a su vez, también se esfuerza, con buenos resultados hasta ahora, en boicotear a la gestora, que si alguien pensaba que los agravios se iban a superar y no a encallecerse, está claro que la cosa no va a ir por ahí. Iceta, muy del PSC él, se manifiesta festivamente proclive a la ruptura con el PSOE y muchos otros diputados no catalanes tan escandalizados con la corrupción popular, como si las tarjetas black tuvieran color político y no solo el negro de la ambición y la jeta, ya han declarado, cargados de razón e ira, que no piensan acatar la decisión del comité federal, si esta es abstenerse.

A todo esto, Almudena Grandes lamenta en El País que ahora mismo no haya en España una autoridad capaz de restañar heridas entre las diversas familias políticas, contribuir a perdonar las ofensas y allanar el camino para volver al diálogo y a la sensatez. Pues el desencuentro cunde también más a la izquierda de la izquierda y Errejón e Iglesias juegan al bueno y el malo, y aunque no recuerdo cuál de los dos angelitos abogaba por «cavar trincheras» uno es posibilista y práctico y el otro extremista y agitador, enrocado además con declaraciones atroces, como que hay que seguir dando miedo y «politizar el dolor», proclama en las antípodas de aquel esperanzador «solo hay que tener miedo del propio miedo» y de las más paranoicas que una ha escuchado desde la transición dentro de nuestras fronteras.

Porque fuera ya está el espantajo ese que ha llegado a candidato a la presidencia del país más poderoso de la tierra. Superando cualquier barbaridad, en una carrera loca que agita el odio y la sinrazón. Para que luego el líder de Podemos se pregunte si el debate está en seguir siendo populista.