Era previsible que acabarían culpando a la izquierda de la tragedia aérea que costó la vida a 62 militares. Ya se apunta que si hubo que recurrir al avión basura de una compañía ucraniana de tercera fue por la reducción de los gastos de Defensa, que ha venido exigiendo un antimilitarismo de la "vieja izquierda reaccionaria", tal como acusa La Razón. Con las mangueras preparadas, hay periodistas y medios dispuestos siempre a apagar fuegos que podrían chamuscar al Gobierno.

Los técnicos confirmarán si con los 149.000 euros que costaba el Yakovlev 42 ucraniano se podía haber contratado un avión como los que las leyes de la navegación aérea mandan. Ya hay periódicos que lo señalan, apoyándose, incluso, en cifras. Lo discutible es que un Gobierno tan resolutivo, capaz de aprobar una reforma de la ley de extranjería cada año, haya cedido a las pretensiones de los partidarios del recorte del gasto militar. ¿De qué le ha servido al señor Aznar la mayoría absoluta, que tantas veces ha restregado por la cara de la oposición y con la que cualquier día puede amenazar con la reforma, si no la derogación, de la ley de la gravitación universal?

Ha amenazado repetidamente con que puede hacer lo que le dé la gana con la mayoría absoluta y lo volverá a hacer en cuanto pueda. Los bomberos periodísticos han querido hacerle un favor y en cambio han dibujado un retrato patético del presidente: el de un hombre débil, entregado a sus adversarios en el tema de los recursos a Defensa. Uno diría que no puede estar de acuerdo con esta imagen. Se preguntará: "¿Quién manda en España, los antimilitaristas o yo?".