La masacre de soldados italianos en Irak ha disparado las alarmas y los nervios. Jalal Talabani (Kelkan, Kurdistán, Irak, 1933), jefe rotatorio del Consejo de Gobierno provisional iraquí, ha salido al paso de las acusaciones de ineficacia que le han llegado desde los círculos del administrador civil estadounidense Paul Bremer, quien cada vez lo tiene más difícil para seguir en su puesto.

Talabani, líder de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) --rival a muerte del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), ahora reconciliados--, ha insistido en la necesidad de crear un Gobierno de Irak soberano para afrontar la violencia y para preparar una Constitución que lleve al país a la democracia.

Hace unos días, Talabani escribió una carta a Bremer en la que decía: "Le pedimos que transfiera más autoridad a los iraquís, porque los iraquís somos más capaces que nadie de poder hacer frente a estos asuntos (...) Entendemos mejor la situación y conocemos la naturaleza terrorista del régimen de Sadam".

El exguerrillero kurdo (peshmerga ) sabe de qué habla, porque su pueblo sufrió la atroz represión de Sadam tras la guerra del Golfo. "No negociaré con ese carnicero", ha dicho en más de una ocasión Talabani, consciente de que la independencia del Kurdistán ha pasado a ser un segundo sueño, porque el primero es el de ver un Irak democrático.