El tango como música y baile ha recuperado con Julio Bocca (Buenos Aires, Argentina, 6-3-1967) la popularidad que tuvo con cantantes como Carlos Gardel y ha adquirido, además, un sentido de electrizante ballet. Durante cinco días a partir de hoy presentará en España su Bocca Tango y luego ofrecerá cinco coreografías sobre temas clásicos.

Hijo de una profesora de baile, a los cuatro años recibió sus primeras lecciones y, luego, tras cursar exigentes estudios, en 1982 empezó su carrera como primer bailarín. Tres años después obtuvo una medalla de oro en el Concurso Internacional de Danza de Moscú y su proyección internacional quedó establecida.

En 1990 creó su propia compañía de baile argentino y en 1998 fundó, junto con el coreógrafo y director Ricky Pashkus, la Escuela de Comedia Musical.

Persona vital y siempre dispuesta a conectar el baile con la sociedad actual, no tuvo inconveniente en interpretar en calzoncillos el paso a dos de Don Quijote o vestir un sucinto pantalón de pijama mientras baila el tango. Mezcla los ritmos con inteligencia y gusto, pues no ataca al pasado histórico de la danza, sino que quiere hacerla llegar con toda la emoción posible a la sociedad actual. Se le considera como el sucesor de Nureyev, pero lo que quiere es poder quedar por sí mismo. Y lo consigue con facilidad.