Lectores

El Cuartel Infanta Isabel, para residencia

Isidro A. Rodríguez

Cáceres

Soy pensionista y afortunadamente no he tenido la necesidad de solicitar una plaza en ninguna Residencia de Mayores pero eso no es óbice de la preocupación que tengo de los demás hermanos, de la necesidad que tienen de ocupar una plaza en las mencionadas residencias y que me consta que existen una gran demanda y con bastante tiempo de espera. He leído en la prensa que el cuartel Infanta Isabel (de tantos recuerdos para los cacereños) dentro de pocas fechas pasará cedido al ayuntamiento que ya tiene en proyecto dedicarlo para aglutinar las fundaciones extremeñas y portuguesas. Creo que hay otros problemas más perentorios y que este edificio se debería dedicar a una Residencia de Mayores. Por su entorno y ubicación cómodos, para los mayores en nuestra ciudad y no sólo este, sino también el de las Normales, avenida Virgen de la Montaña, que se encuentra en total abandono.

Aquí queda esta humilde propuesta en la que creo que estarán muchísimos pensionistas de acuerdo, especialmente aquellos que no pueden pagar una residencia privada.

Señores políticos, espero que se tenga en cuenta esta petición y dedicar estos edificios para una causa tan necesitada, y además se crearían un buen número de puestos de trabajo de los que tan necesitados estamos en estos momentos.

DERECHO A DECIDIR

Una niña cansada de sufrir

Esther Sola

Correo electrónico

Leo por todas partes sobre el caso de esa niña inglesa que pide poder pasar el poco tiempo que le queda con su familia, sin someterse a una operación --otra-- que podría alargarle la vida. La discusión está servida: que si a los 13 años nadie está capacitado por decidir qué quiere; que si por su enfermedad lo está más que nadie; que qué malos padres, que la apoyan en tal decisión; que qué buena gente, que quieren que se acabe su sufrimiento; que si mientras hay vida hay esperanza; que si un niño que estaba como ella ahora estudia medicina... Está bien que todos opinemos. Pero parece que no basta con opinar. Sin conocerles de nada, se juzga su moralidad, el amor a sus hijos... Y se les pretende imponer qué deben hacer, como si tuviéramos la verdad más absoluta. ¿Acaso no sabemos que cada casa es un mundo? ¿Qué sabemos del sufrimiento de esa gente, de su lucha y de sus esperanzas? Y es que no todos somos iguales. Lo que para unos es un reto, para otros es un escollo insuperable. Lo que unos aceptan con resignación a otros les rebela. Hay quien soporta los dolores extremos y hay quien con pensar en una inyección le vienen sudores fríos. Quienes afrontan los problemas y quienes los ahogan en vino. Respetemos las decisiones de esta familia, compartamos su sufrimiento. Pero no pretendamos decidir por ellos. A esta niña no la convenceremos diciéndole que la vida es un regalo de Dios y que debe vivir hasta que él lo quiera. A una niña que a los 13 años ya tiene suficiente, hasta el punto de pedir, con los ojos cansados, que la dejen morir tranquila, lo que le ha hecho Dios no es un regalo, sino una mala jugada.

EL COBRO DE PENSIONES

Derechos adquiridos

Jesús Castel

Correo electrónico

En el proyecto de ley de presupuestos generales del Estado para el 2009 se prevé que las pensiones por incapacidad que se perciban hasta finales del 2008 deberán ejercitar, en un plazo de seis meses, y por una sola vez, el derecho de opción entre la percepción de la pensión o el desempeño de la posible actividad que estuvieran llevando a cabo por cuenta propia o ajena. Hasta aquí, aun perdiendo derechos adquiridos, podríamos estar de acuerdo. Ahora bien, lo curioso es que quienes se hallen en esa situación a partir del 1 de enero del 2009 podrán cobrar la pensión y ejercer una actividad por cuenta propia o ajena distinta del trabajo habitual, quedando aquella reducida al 75% si acredita más de 20 años de servicio y al 55% si son menos de 20. Entonces, ¿por qué unos pueden ejercer otra actividad y otros no? Pido a los diputados que no dejen que sean abolidos nuestros derechos y no permitan esas diferencias.