REFORMA DE LAS PENSIONES

Que nos acorten la vida

Pedro Serrano Martínez

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Políticos y economistas justifican la actual reforma de las pensiones utilizando como principal argumento el hecho estadístico de que vivimos más años. Con esta justificación, uno llega a la triste conclusión de que los logros conseguidos por la ciencia y la sanidad no son compatibles con los conseguidos por la economía y la justicia social.

Es decir, que si la longevidad la tenemos que pagar trabajando más años y siendo más pobres en nuestra senectud, habrá que decirle a los médicos a los científicos y a los laboratorios que, en vez de alargarnos la vida, nos la acorten, porque no compensa vivir tanto tiempo.

¿De qué nos sirven a los trabajadores los avances científicos y tecnológicos, la producción de riqueza y las promesas democráticas, si al final los poderes económicos, ayudados por la globalización, por el miedo, por la pasividad de los trabajadores y por una inepta clase política, nos arrastran a estados de precariedad pretéritos?

REGRESION SOCIAL

Sobre la subida de laedad de jubilación

Enrique González Blanco

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Soy un ciudadano de 41 años de edad y no comprendo la decisión de subir la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, puesto que me parece que es una actitud contraria al progreso social y a la mejora de la calidad de vida de los seres humanos.

Hace algunos años en algunos países avanzados se redujo la jornada laboral de 40 horas semanales a 36, y la edad de jubilación de los 65 a los 60 años para facilitar por un lado la incorporación de las nuevas generaciones al mercado de trabajo, y por otro para posibilitar a todos los que llevaran muchos años cotizados poder jubilarse a los 60 años en unas buenas condiciones de salud que les permitieran unos años en su vida de tranquilidad y disfrute del tiempo de ocio para hacer con plenitud.

Entiendo que existan personas que por su tipo de actividad no deseen jubilarse a una edad temprana, ni incluso a los 65 o 67 años, y creo que están en su derecho de poder continuar trabajando si así lo desean. Pero estoy convencido de que ese no es el caso de muchas personas que trabajan en actividades duras como pueda ser el campo, la construcción, distintos sectores de la industria, etc.., para quienes continuar en un puesto de trabajo a esas edades implica un alto riesgo de que su salud les pase una dura factura tras su jubilación, por mucho que algunos políticos se empeñen en insistir que ahora vivimos más años y gozamos de mejor salud que en el pasado. Por eso no comprendo como a estas alturas del siglo XXI, en el que la sociedad española debería avanzar hacia una mejor calidad de vida y bienestar, se lleve a cabo tal regresión social. Ojalá recapaciten todos nuestros políticos y busquen otra fórmula para solucionar la crisis económica y financiera que no consista en hacer retroceder el lógico progreso y evolución de los seres humanos hacia un mayor bienestar.

DEPORTE PROFESIONALIZADO

El Tour y el dopaje

Joaquín T. Fortunati Cendrero

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Hay pruebas en el deporte que desde siempre han estado y siguen estando bajo sospecha del dopaje. El Tour de Francia es una de esas pruebas. El ciclismo es un deporte muy duro y esta prueba ha ido creciendo en dificultad a medida que han pasado los años. Las etapas por término medio son de 200 kilómetros y eso durante casi un mes no hay cuerpo humano que por muy preparado que esté lo resista. Para superar esta prueba, los ciclistas apuran todos los medios para, por lo menos, terminar la prueba y llegar a París, pero incluso eso hay pocos que lo logran. Creo que hay que valorar cada vez más a los antiguos campeones en su justa medida ahora que estamos escuchando que todo está podrido. Me acuerdo de nombres como Anquetil y nuestro Bahamontes, que con los medios que entonces había, ganaron esta prueba. Actualmente, si nos fijamos en cualquier campeón de la era moderna, vemos que están todos bajo sospecha. Creo que no solo en el ciclismo, sino en todo el deporte, las pruebas son tan exigentes que los cuerpos no pueden competir en buena lid y tienen que ayudarse de sustancias dopantes para poder participar a esas alturas. A este punto hemos llegado con nuestras exigencias y la famosa frase del Barón Pierre de Coubertin, de lo importante es participar, ha quedado totalmente obsoleta. Ahora, la idea que se les inculca a los deportistas desde pequeñitos es ganar lo que sea a cualquier precio.