UN RECUERDO

Don Antonio Rubio,buena gente

Matías Simón Villares

Cáceres

Nos cruzábamos de vez en cuando, sobre todo en los pasillos del Ayuntamiento.., y siempre me hacía alguna referencia, él sabía que me gustaba, de algún dato histórico reflejado en su maravilloso libro Cáceres, ciudad histórico-artística , lo recomiendo, ya que don Antonio nos cuenta la historia de nuestra ciudad de una forma rigurosa y muy peculiar.

Profesor austero, de los de antes, documentado, de tarima y pizarra, dando clases con aquellas fichitas anilladas, no solía pasar desapercibido, hombre grande, de talla y mente; con su voz y conocimientos, solía paralizar al auditorio. Un alumno, Andrés, afligido, desde el Servicio Militar en Canarias le escribía de lo mal que lo estaba pasando, don Antonio le daba ánimos, "hijo mío haz una raya entre Dios y los hombres, mira hacia arriba para comprender lo de aquí". Sus alumnos, los del Brocense y Magisterio, afortunados ellos, le recordarán siempre por esa forma tan bella de hacer presente lo pasado, nuestra historia, para proyectarnos, con fuerza, hacia el futuro, y es que, el alma de nuestra ciudad son sus piedras, decía.

El toreo, su pasión, "aquellas muñecas, tan sedosas, de Salomón Vargas, gitano, el del cuadro pintado, torero antiguo, del que dicen tomó buena nota Curro Romero; la gracia del padre de Manolo Caracol, el del bulto", me contaba.

La personalidad de una institución se mide por el grado de valía de los hombres que alberga; el Ayuntamiento de Cáceres debe sentirse orgulloso de haberle tenido como trabajador durante tantos años.

La última vez que nos vimos, era un día malo, meteorológicamente hablando, "- lo mal que lo debieron pasar cuando a lomo de burros y mulos, durante dos meses, con un tiempo infernal, el retablo de Santiago, atribuido a la escuela de Berruguete, era trasladado desde Valladolid a Cáceres- era Otoño, Matías, era Otoño", me decía.

Compañero del Ayuntamiento.

MERKEL Y RAJOY

Deberes, y deberes

Víctor Rodríguez Corbacho

Mérida

El orgullo de Mariano Rajoy está herido porque la canciller alemana, Angela Merkel, ha venido a España a ponernos los deberes. "No me gusta que desde fuera me digan lo que tengo que hacer", ha dicho el presidente del Partido Popular. Aunque no ha precisado qué deberes nuevos no le gustan, presuponemos que se refiere a los económicos.

Seguramente la memoria de Mariano Rajoy no tiene registrada como deberes mandados desde fuera la ilegal invasión de Irak que José María Aznar realizó, porque de lo contrario no habría dicho ahora: "A nosotros no nos pusieron deberes estando en el Gobierno". También podría darse el caso que lo tenga escrito en su cuaderno como viejos deberes mandados desde fuera, pero que no entienda su propia letra.

Lo cierto es que los nuevos deberes pretenden, entre otros objetivos, evitar una catástrofe en el sistema de pensiones público y solidario. Estamos hablando del Acuerdo Social y Económico firmado por CCOO, UGT, CEOE, CEPYME y Gobierno, y que ha sido valorado positivamente por el presidente de la Unión Europea, Van Rompuy, por Nicolás Sarkozy y por la propia Angela Merkel. Ya notamos la falta de presión: ese run, run, diario de los mercados-

Por el contrario, referir viejos deberes es señalar una catástrofe humana con cientos de miles de iraquíes muertos por una guerra ilegal. Guerra sobre la que el Partido Popular cerró filas con José María Aznar, salvo contadas excepciones (Mariano Rajoy no fue una), mientras que los dirigentes de México, Vicente Fox, y Chile, Ricardo Lagos, dijeron no a esos deberes de fuera.