WFwrancia y Bélgica han hecho públicas sus listas de compañías aéreas que no pueden operar en su territorio. La mayoría de estas aerolíneas son de pequeño tamaño y con sede principal en países africanos o asiáticos. La decisión, acelerada tras el accidente en Venezuela donde perdieron la vida muchos ciudadanos franceses procedentes de Martinica, tiene una intención directa: que la UE impulse su normativa para compartir la misma información común y alejar de todo su territorio a las compañías que no se sometan a sus normas de calidad de servicio. Ya lo hacen Estados Unidos y Gran Bretaña. Sólo falta que lo asuman las organizaciones internacionales de aviación civil.

El éxito de los vuelos baratos en Europa no ha de ser incompatible con que los aviones --sean de pasajeros o sólo de carga de mercancías-- vuelen con todos los requisitos de seguridad. Es una buena idea que la UE de los 25 aplique los mismos criterios para que cualquier avión que llegue a sus aeropuertos sea sometido a las exigencias de calidad del aparato, con independencia de qué país lo abandere. España ha de apoyar esta iniciativa, porque somos un país de destino final de algunos de estos vuelos y también de tránsito intercontinental.