Escritor

Suena el teléfono:

--¿Es usted el señor Mediero?

--Con quién tengo el gusto de hablar...

--Eso da igual. ¿Ha leído el periódico?

--No me ha dado tiempo. Perdone pero no me gusta hablar con desconocidos.

--Discúlpeme, pero preferiría ocultarlo porque estoy indignado.

--¿Conmigo...?

--No, a usted lo admiro.

--Bueno, a pesar de eso no me gusta hablar con admiradores anónimos?

--Es que...

La voz madura, se quiebra:

--¿Cree usted de justicia que el alcalde de Badajoz con el paro que hay, acumule tres puestos?

Se le vuelve a quebrar la voz.

--... y a mí me echaron...

--Perdone, pero no sigo...

--Claro, porque es usted amigo suyo... O por lo menos de su hermano Pepe...

--Lo siento.

Le colgué. Y ahora mi parecer. Creo que es una gran justicia que se le hace a un gran hombre, que acumule tres cargazos. ¿Por qué? Porque Dios lo manda así. Con Celdrán no caben democracias. Celdrán es por la gracia de Dios, y cuando se es como se es por la gracia de Dios no caben otras opciones. Creo que Celdrán ha conseguido que se haga todos los años La venganza de la Petra y La venganza de Mendo, lo que es un avance de incalculable repercusión. ¿Qué más se puede pedir. Además, ¿dónde vamos a encontrar un nacionalista español de su talla?. Pues si es así dónde mejor puede estar este hombre que representándonos. Celdrán es cojonudo, y como Celdrán no hay ninguno. Creo que ha llegado el momento de gritarlo. Además se consigue un objetivo muy importante: que no se partan la boca el resto de sus concejales junto a la estatua de Morales. Lo malo va a ser Saponi. ¿Qué hará ahora? Porque Acedo se ha dado cuenta de lo fundamental que es, y nadie como él para buscar monjas de clausura. Pero no me los mezclen. Celdrán, en todas las almas y en el mundo la paz.