TMtientras escribo mi carta a los Reyes, repaso los primeros titulares de 2013, pensando que hay que ser muy malo o peor para no alegrarse de que el paro haya bajado tras cinco meses de subidas. Aunque sea poco, lo cierto es que ese descenso del 1,2% es el más acusado en este mes de la serie histórica registrada. Sigue sorprendiendo que la prensa española, tal vez como reflejo del españolito medio, envidiosillo y receloso, parezca lamentar que el gobierno de turno acierte en algo, si es del bando contrario y alegrarse de que se equivoque, aunque eso perjudique a toda nuestra patria.

Pero ya dijo Marquina que "España y yo somos así, señora", y eso es aplicable por ejemplo a Mas , que es un españolazo de libro. Y digo yo que ni las alabanzas acríticas de ciertos periódicos de derechas: "Un diciembre esperanzador", ni la mezquindad de algunos editoriales de izquierdas a los que duele que alguna vez el gobierno haga bien algo: "Apenas un respiro". El dato es el dato, y lejos de alzar las campañas al vuelo, sí me alegro de que haya en diciembre 59.094 personas más con trabajo. ¿Que hubiera sido preferible que lo encontraran dos o tres millones de compatriotas? Nadie lo niega, pero comparto la opinión de Machado de que "se hace camino al andar" y, cuando menos es de justicia ver si la tendencia se mantiene antes de tildar el descenso de "ridículo y equívoco" como ha hecho el PSOE extremeño que con tal de seguir mostrándolo todo oscuro parece incapaz de alegrarse con un dato menos malo.

Por lo demás, hay noticias de horror: "Díaz Ferrán negociaba la reforma laboral mientras urdía sus delitos". "Una niña de nueve años grave tras ser violada en Pakistán". "Fallece el hombre que se quemó a lo bonzo". "Una mujer degollada por su pareja"... Se preguntará usted si cerré el periódico y terminé la carta a los Magos. Pues, sí. Y aquí estoy hoy, seis de enero, abriendo el envoltorio fantasía de un paquete repleto de optimismo realista para conformarme con lo bueno que tengo sin dejar de aspirar a más. Permítanme compartirlo con ustedes.