TUtno de los mejores amigos de la Alemania nazi era el Gran Mufti de Jerusalén . El religioso islámico entraba y salía de Berlín como Pedro por su casa , y apoyaba y sentía una admiración absoluta por Hitler y su solución final , es decir la eliminación de los judíos de la faz de la tierra. Los intelectuales europeos siempre han obviado este enojoso asunto, el de que hubo dirigentes árabes, religiosos incluidos, que eran tan nazis como Hitler.

Esto viene a cuento por las declaraciones del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad , clamando por la destrucción de Israel. Bien es verdad que el actual presidente iraní lo que hace es seguir la estela de sus antecesores en el cargo. No hace tanto que el anterior presidente de Irán, Rafsanyani , pedía que algún país tirara la bomba atómica sobre Israel, por no recordar algunos discursos incendiarios del Ayatolá Jomeini en la misma dirección. Hay quien puede decir que las proclamas de estos líderes religiosos son cosa de locos, pero el caso es que son unos locos con ribetes nazis que están pidiendo nada menos que otra solución final , como es la destrucción del pueblo judío.

Afortunadamente la comunidad internacional ha reaccionado con prontitud y firmeza condenando las palabras del presidente de Irán y advirtiendo de las consecuencias de las mismas. Y es que no se puede permanecer impasible ante las barbaridades. Por si fuera poco, existen sospechas bien fundadas, no de ahora sino desde hace muchos años, de que la larga mano del régimen iraní llega hasta los grupos violentos palestinos, grupos que boicotean permanentemente cualquier posibilidad de paz con el Estado de Israel.

No sé si se puede o no expulsar a Irán de Naciones Unidas, en realidad no es el país el culpable sino el régimen de terror que allí impera, pero sí creo que la respuesta de los países occidentales y del mundo entero debe de ser contundente. Europa aún no ha superado el horror que supusieron los campos de exterminio, el terror desatado por Hitler y los suyos queriendo acabar con el pueblo judío. Mataron a seis millones de judíos y esa locura es una de las páginas más negras de la historia. No se puede andar con contemplaciones con el régimen de Irán, porque este sí que es un peligro para la paz.

*Periodista