Dramática ha resultado la reaparición de Luis Sánchez-Harguindey Pimentel (Santiago de Compostela, 28-7-1935), en los medios de comunicación, pidiendo que le permitan tomar el medicamento prohibido Bio-Bac, porque le va "de maravilla" para tratar su tumor cerebral. Años atrás, este jefe de cardiología del Hospital Clínico de Madrid vivió su apogeo como político pero, de la noche a la mañana, se volatilizó como la UCD, el partido a través del cual llegó a viceministro en 1981.

Cuando Harguindey llevaba en 1977 más de tres años de cardiólogo jefe, su mentor y paisano Juan José Rosón (fallecido en 1986) le fichó como su segundo en el Gobierno Civil de Madrid. De allí ascendió a gobernador de Granada, desde donde fue aupado a subsecretario del Interior de nuevo al lado de Rosón. En ese cargo estaba cuando la intentona golpista del 23-F de 1981, que tan mal sabor de boca le dejó. Por eso, vio el cielo abierto dos semanas después con el nombramiento, más acorde con su profesión, de secretario de Estado de Sanidad. Pero en mayo de aquel 1981 se produjo el envenenamiento por el aceite adulterado de colza, y tan sólo duró en el cargo hasta diciembre.

Bastantes años después, en la huelga de médicos de junio de 1995, Harguindey sobresalió como activista sindical en plena operación de acoso del Gobierno socialista.