El aviso lanzado por el Banco de España y las Cajas de Ahorro españolas (FUNCAS) no se ha hecho esperar. La reunión que ha mantenido recientemente, José Luis Rodríguez Zapatero , con los dos sindicatos mayoritarios (Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores) y las patronales CEOE y CEPYME, puede y debe ser el primer paso para una nueva etapa en España, de concertación y diálogo social, de compromiso con los ciudadanos para hacer más llevadera una crisis que ya nadie oculta y que comienza a ser un problema importante de Estado. Digamos que se había agotado el compás de espera, y había que coger el toro por los cuernos, y para eso, nada mejor que el diálogo social y la concertación de una serie de medidas de urgencia, demandadas ya por la sociedad, especialmente en los sectores más perjudicados. Se trata pues --y ahí está la dificultad-- de poder consensuar los diferentes intereses y plasmarlos en un documento, un pacto social, que atienda las necesidades de todos.

Obviamente, desde el punto de vista político, el Gobierno y su máximo responsable, no podían renunciar a esta oportunidad. Las encuestas de intención de voto, la huelga y otros acontecimientos surgidos en las últimas semanas, necesitaban de una respuesta inmediata, de un gesto y de un punto de partida para acometer la crisis o desaceleración. Parecía que las medidas de urgencias adoptadas en el primer consejo de ministros no eran suficientes, y por ello, en mi opinión con buen criterio, había que recurrir al pacto social, haciendo gala del diálogo y concertación que se ha venido practicando en los últimos años y que ha supuesto la implementación de leyes y medidas sociales históricas en este país. Ahora, está por ver cómo se conjugan los diferentes intereses y posiciones, si quienes ostentan la representación de los trabajadores y de los empresarios piensan en los ciudadanos por encima de todo, y si detrás de todo esto, además de una imagen o titular de prensa, también existe un firme compromiso.