Se han llenado las redes de memes de la abuela y el joven imberbe calco de Tintín y las televisiones proyectan a la canosa dama, acariciándole la carita al pretendiente al trono de Madrid. Un maternalismo prepotente para lograr adeptos y una nueva explotación del sentimentalismo más primario. La mentora y el meritorio dan la campanada en este invierno del desaliento de Podemos, donde por todos lados, desde la rebelde y vapuleada convergencia andaluza hasta la olla de grillos que es la capital, se le acumulan los disgustos, las deserciones y los levantamientos internos a Pablo y, encima, le pillan en casa en modo padre ejemplar.

Veíamos al antaño salvaje líder tan humanizado de sentido de estado, tan empeñado en aprobarle los presupuestos a Sánchez, tan integrado en el sistema contra el cual consiguió su rápido ascenso, que más bien parecía un embajador de buena voluntad. Y ahora, esto. Después de haber defenestrado a sus colegas fundadoras más destacadas y haber superado la moción de censura interna por el chasco del chalecito, resulta que era todo un espejismo y las aguas andaban procelosamente revueltas en el seno de la heterogénea formación. La misma que un tiempo no muy lejano parecía merendarse al bipartidismo y ahora aparece hecha jirones, en beneficio de unas cuantas figuras de prestigio, que toman posiciones ante los futuros y próximos retos electorales.

Andan las televisiones analizando el hecho y los periódicos haciendo encuestas sobre quién tiene razón si Íñigo o Pablo, y anda Echenique haciendo alarde de mal estilo por no utilizar una expresión más vejatoria, insinuando que el candidato es ciertamente un ventajista y que de algo tiene que vivir, como si todos ellos no hubieran demostrado ampliamente que su dedicación política es su modo de vida actual y comodísimo, una vez abandonadas los precarias ocupaciones en los que se desenvolvían. Dice Iglesias, que, con todo respeto, Íñigo no es Manuela. Ni falta que le hace. Se basta y se sobra para seguir jugando al juego tradicionalmente fratricida de la izquierda más montaraz. * Profesora