TDtesde ayer la organización Amnistía Internacional ha comenzado una campaña para intentar que la pena de muerte deje de ser un instrumento jurídico en muchos sitios del mundo y especialmente en lugares tan relevantes como China, Estados Unidos e Irán. Las nuevas tecnologías nos permiten que cada rincón de la Sierra de Gata o de Tierra de Barros sean la primera línea en la lucha contra la más terrible aberración que un Estado puede cometer y que no es otra que la de convertirse en asesino. Mientras que en Europa ya se ha asumido el abolicionismo, los ciudadanos estadounidenses se acercan a las urnas para elegir entre dos candidatos que no sólo no ocultan sus posiciones a favor de la pena de muerte sino que alardean en su publicidad de estar dispuestos a llevar al patíbulo a quien haga falta.

Las posturas contrarias a la pena capital de muerte siguen siendo vistas en los Estados Unidos como síntoma de debilidad y no de humanidad. Ni que decir tiene que hay enormes diferencias entre Bush y Kerry pero gane quien gane el próximo martes las sillas eléctricas seguirán usándose. Mientras tanto, en www.actuaconamnistia.org tenemos una ventana abierta a la esperanza: Sólo si nos rendimos habremos perdido la batalla.

*Profesor y activista de los derechos humanos