THtace un año, cuando el presidente de Gobierno acababa de estrenarse, organizaciones como Intermón Oxfam o Amnistía Internacional le pidieron control sobre el comercio exterior de armas ligeras. Habíamos oído hablar de los peligros de las armas de destrucción masiva cuando la realidad es que las muertes del día a día las causan otras armas más pequeñas, menos peligrosas individualmente pero inmensamente mortíferas por planetarias. El 30% de las exportaciones españolas vulnera los propios códigos de conducta de la UE y países como Arabia Saudí o Colombia, donde se producen graves violaciones de los Derechos Humanos y conflictos enquistados desde hace décadas, siguen recibiendo pistolas y balas de España. Anteponer intereses económicos cuando están en juego las vidas humanas no es el mejor ejemplo de nuevo talante. Cada año mueren medio millón de personas por culpa de estas armas: cada día que pase sin que los gobiernos cumplan sus propios códigos la cifra va engrosando el siguiente medio millón. La vida de un joven en Liberia o de un niño en El Salvador se pueden empezar a defender en los despachos ministeriales, aunque para ello tengamos que empujarles desde algún sitio como www.armasbajocontrol.org

*Profesor y activistade los Derechos Humanos