Cuando se ha desvelado casi totalmente la incógnita sobre el próximo gobierno regional, y a la vista del cambio que se proyecta, es importante hacer llegar a los nuevos responsables el sentir de muchos ciudadanos sobre la necesidad de mejorar la gestión de algunos servicios públicos de la región. En relación con los servicios sociales en sentido estricto (servicios sociales de base, rentas mínimas, servicios de apoyo a las familias, ayudas a la dependencia y promoción de la autonomía personal, integración de minorías, atención y promoción de la mujer, etcétera), el gobierno saliente ha dejado muchas cosas pendientes. El propio presidente Vara reconocía el error de separar la dependencia de los servicios sociales en general, error que no ha sido capaz de enmendar en toda la legislatura, a pesar de que se le ha intentado hacer ver por activa y por pasiva. Por lo demás, el cambio de modelo de organización de Servicios Sociales de Base ha quedado aparcado una vez más, y somos la región más atrasada en ese sentido. Sobre la dependencia, las posibilidades y necesidad de mejorar han sido puestas de manifiesto por el Observatorio de la dependencia, que nos sitúa una vez más en el vagón de cola. Como vemos, los nuevos responsables tienen mucho que hacer y mucha legitimidad que ampliar ante la ciudadanía, pues la mejora de la gestión de los servicios públicos redunda en la imagen de nuestros gobernantes. Tienen ejemplos claros de que la política de servicios sociales, en Comunidades del PP como Castilla y León, le está dando muy buenos réditos, y sirve de modelo a otras regiones tradicionalmente progresistas. Solo queda animar a recorrer el camino, que no es poco.

Juan F. Duque Encinas **

Cáceres