TLta política se ha convertido en un juego floral envenenado sin nombres, ni fechas, ni nada más que un continuo decir sin decir nada. La comparecencia de ZP en los desayunos de Europa Press --de sobra comentada a estas alturas-- fue un alarde de vaguedades hábilmente trenzado. Todos estamos de acuerdo con ZP, lo que pasa es que la mayoría no creemos que sea posible el reino de los cielos aquí en la tierra.

Y con los del PP pasa lo mismo pero al contrario: hablan, hablan, y cuando actúan, casi mejor que no lo hicieran porque lo de recurrir al Constitucional los matrimonios gays, resulta anacrónico y absurdo y triste por mucho que Rouco monte manifestaciones millonarias frente a los murales imposibles de la Almudena.

Todos se empeñan en echar más madera a un país harto de incendios y ahora nos sale Javier Arenas poniendo el hombre su contribución a esta ceremonia vieja del digo sin decir; y dice Arenas sin decir quiénes se lo dicen que muchos dirigentes socialistas le han dicho que qué se puede hacer en esta hora de confusión y secesionismo. Pues va a ser que no, va a ser que no nos lo creemos y que los socialistas preocupados por el asunto --que los hay y ese es el problema mas grave del PSOE-- pues tienen otros sitios a los que acudir en busca de consejo que no son precisamente Arenas. Pero don Javier dice eso, y echa más madera. Y ahora nos enteramos --al menos yo-- que Carod , el abuelo republicano del anuncio del espetec de la casa Tarradellas, el de la gracieta de la corona de espinas, le preguntó jocoso al JEMAD si el Ejército pensaba invadir Cataluña con carros de combate o con aviones. Pues vale, allá cada cual con sus comentarios y sus gracias, sus vaguedades y sus silencios, sus cielos posibles y sus infiernos inmediatos. Pero que sepan que este pueblo no está por la labor de jugar con su futuro porque llegar hasta aquí nos ha costado a todos muchos sacrificios. No sé cuándo serán las próximas elecciones, ni sé cómo va a quedar lo del Estatut, ni la Constitución ni la invasión de Cataluña por las tropas nacionales. Pero que se anden con ojo porque estas florituras cuestan caras. No queremos más madera para un incendio sólo anunciado y que aún no ha prendido; queremos evitar las llamas y no llorar por las víctimas.

*Periodista