Monago , el justiciero según el propio, no actúa como una afrenta o rebeldía a su partido, tampoco es un verso suelto, ni un renglón torcido, es simplemente quien administra justicia, de ahí lo de justiciero, aunque un justiciero muy calculador. Monago, me da la impresión, pertenece a esa clase de políticos que al día siguiente de ganar unas elecciones, considera que lleva un día perdido para ganar las siguientes, y el que suscribe ha vivido esa situación con anterioridad, pero en carnes ajenas, y no lo critico, lo alabo en cuanto al perfil profesional de aquel que se dedica a esto.

En su día fui testigo de cómo una localidad votaba en mayoría al dirigente de cierto partido político sacando más votos que sacó el mismo partido en las regionales, en la misma localidad y el mismo día, mis entonces convecinos confiaron más en la persona que en el partido y eso es justamente lo que busca nuestro presidente, paliar en lo posible (habida cuenta de lo estrecho de la horquilla que permite gobernar en Extremadura), la vaticinada caída en votos del partido popular, desligándose e incluso oponiéndose a adoptar aquellas medidas más impopulares impuestas por el ejecutivo nacional, contrarrestándolas al día siguiente de su anuncio, en un guiño a propios descontentos y extraños, aunque con el riesgo de encolerizar a los más devotos, y que al fin y al cabo nunca votarían a otro.

La compensación al IVA Cultural, la paga extra de los funcionarios, la bajada de impuestos, las ayudas a las becas que denegará el MEC, la subida de ciertas pensiones cuando se pone coto por arriba como por abajo , la fertilidad asistida sin condiciones a todas las mujeres que lo deseen, la financiación autonómica, etc... y lo que vendrá, que a buen seguro vendrá, no son actuaciones directas de gestión o iniciativa propia, son actuaciones condicionadas a retrotraer el efecto electoral negativo que las decisiones impopulares de sus compañeros de partido, pero en el ejecutivo nacional, pudieran afectar a los resultados regionales en futuras elecciones, es decir, su principal baza política es dejar con el culo al aire, entiéndase como metáfora de nalga, a sus compañeros de partido, con o sin, el beneplácito de los mismos, no fuera a ser que aquel árbol donde hace cuatro años me cobijé, dejara de dar tanta sombra.