Está claro que Extremadura no tiene sus cuentas para tirar cohetes, que arrastramos un déficit muy alto para nuestra economía y que la deuda nos come por los pies. Pero si precisamente trazamos un plan para enmendarlo, se pacta con la oposición y se alcanza un consenso en las cuentas, nada menos que entre el PSOE y el PP, no se entiende que el mismo día en que Vara y Monago se den la mano en el Parlamento, Montoro mande una misiva amenazante de intervención diciendo aquello de 'quítate de en medio que voy yo'.

Un gobierno en funciones es un gobierno 'en funciones'. ¿Perogrullada? No tanto cuando la convocatoria de elecciones o la conformación de un gobierno que no sea el actual es lo más posible en unas semanas. Además, acaba su legislatura con un déficit del 5,2% del PIB, lo que va a obligar al que venga a realizar un ajuste de 25.000 millones en el presente año y ¿todo ello por culpa de autonomías como la extremeña? Nadie se lo cree y parte de responsabilidad tiene el Gobierno con medidas electoralistas de rebaja de impuestos. La propia Agencia Tributaria, en su Informe de Recaudación de diciembre del 2015, ha estimado que la rebaja fiscal del año pasado "tuvo un coste para la recaudación de 2015 de 5.984 millones, de los cuales 4.906 tienen su origen en las medidas iniciales y 1.078 corresponden a las que entraron en vigor en julio". Por eso, sinceramente, no es lícito ahogar a las haciendas autonómicas con objetivos de déficit imposibles de cumplir sin deteriorar sus servicios y, encima, hacerles recaer sobre ellas un tercio del gasto. Se trata de hacerse trampas al solitario se mire como se mire, sobre todo en el caso de Extremadura donde los ingresos son los que son con un sistema de financiación autonómica claramente deficitario y los gastos, sobre todo Sanidad, siguen sin remedio disparatados año tras año.

Así y todo, si una Comunidad decide pagar aún sabiendo que su gobierno está en minoría y ha tardado cerca de tres meses en disponer de Presupuesto, ¿a qué viene ahora la urgencia de la intervención de crédito para el pago a proveedores y poner a sus responsables a los pies de los caballos? La prueba más evidente de la injusticia o la inoportunidad del momento es que el propio PP, en teoría un partido en la oposición que está a la espera de la menor oportunidad para darle un capón al PSOE, se ha puesto en contra de 'su' ministro en Madrid denunciando el desatino.

Vara no va a iniciar una campaña de asalto ni de acoso a Montoro. Ni siquiera va a templar gaitas amenazando con desobedecer las imposiciones que le puedan llegar desde el ministerio de Hacienda. No es su carácter, el estilo bronco no va con él por mucho que otros en su partido le exijan brazo de acero. Esta semana, ha dejado prueba palpable de ello rechanzando el ofrecimiento del presidente catalán, Carles Puigdemont, de iniciar un frente común contra Madrid de aquellas comunidades puestas en el punto de mira, como si el debe de Cataluña pudiera siquiera compararse con el de Extremadura. "Yo no soy de frentismos", ha dicho. Y punto en boca.

Extremadura va a ampliar su confirming (servicio financiero de gestión de pagos a través de bancos) el próximo martes en el Consejo de Gobierno, que sumado a la aprobación de los presupuestos regionales que entraron el vigor ayer sábado pretende ponerse al día en el pago a proveedores en un par de meses. Esa fórmula se pretende que sea del agrado de Montoro, quien debe creerse esta voluntad y entender que hay regiones que están por la labor de cumplir. Porque plantarse ante el chico es fácil, puede que le sirva hasta para hacer enderezar al grande, pero ojo cuando hasta los tuyos constatan que se trata de un agravio, ahí se pierde la fuerza de la razón y resulta que toda la estrategia se va al garete.