TCtada día va calando más en mí el pensamiento de que estoy rodeado de gilipollas, aunque siempre albergo la duda de si el mayor gilipollas soy yo por pensarlo.

Intento entender los orígenes y la misión del hombre en la Tierra y me da que cada día estamos más alejados, más desvinculados, de ella, e incluso contra ella. Dentro de unos años, cuando se acabe esta orgía de combustibles fósiles y especulación urbanística dirán: vaya panda de gañanes los de aquella época, envenenaban su aire para desplazarse, construían casas de 50 millones que iban a habitar 15 días al año, se compraban coches de superlujo para que se pudrieran en garajes cada dos años o hablaban de gente que sólo vive de hablar de otra que está todo el día de fiesta.

Pero no entiendo esta necedad colectiva como fruto del azar, sino como algo premeditado y orquestado desde los medios. Es decir, que a ciertos sectores mediáticos, políticos y económicos les interesa que seamos gilipollas mientras ellos medran. Para apreciar esto sólo hay que sentarse un rato delante de la televisión y mirarla de otra manera, (6 horas por persona y día ya en España, es para echarse a temblar...) y tan solo es una caja boba que emite trozos de contenido entre su publicidad y que dirige nuestras vidas y necesidades. El dios don dinero se encuentra en su punto de máximo esplendor, por eso también tengo esa sensación de que todo está a punto de derrumbarse, como la valla de Melilla.

Todos los días contemplamos impasibles las denuncias sobre las manipulaciones a las que somos sometidos en favor de un bien económico y comercial y del interés creciente en una población adicta a las compras, a las sustancias y las cosas inútiles (léase, tabaco, alcohol, bollería industrial, mensajes a móviles para apoyar casposos sin talento). Que si el glutamato monosódico, que si los más de no sé cuántos aditivos químicos del tabaco, el garrafón, drogas adulteradas, el placebo, las navidades, mi santo, el tuyo, los becarios, Reyes... y demás fiestas de guardar.

Todo son excusas para regalar, y gastar, y pagar cantidades ingentes por cosas que no nos hacen falta en centros comerciales que ya empiezan a sobrar.

Creo que no vamos muy bien así. Además, parece que nos va tocando, parece que ya no estamos ninguno a salvo porque la tierra herida también tiembla aquí.

Mientras, otros sólo se preocupan por construir casas y parques para 350.000 cuando todavía no saben si van a ser capaces de dar de beber a 90.000 este año. Y lo peor, no hacemos nada por mejorarlo. Está claro que estamos gilipollas o lo estoy yo sólo por no callar y cerrar los ojos, e intentar ser feliz así... a mí no me educaron para esto.

*Periodista y músico