Bono , multifilántropo y cantante de U2, participa en una compaña de Louis Vuitton. En un paisaje africano anuncia bolsos de lujo. Las ganancias irán a dar a una ONG de Uganda. Al músico irlandés y a la empresa de equipaje no les falta dinero para donativos, pero en la competitiva sociedad del espectáculo, ser bueno no basta: hay que anunciarlo. ¿Dará esto lugar a una publicidad de segunda naturaleza? Cuando un narco sea arrestado con su maleta Vuitton, ¿pensaremos que es solidario con la atmósfera?

Las contradicciones provocadas por un planeta que hierve han dado lugar a Contra el cambio , hiperviaje del escritor argentino Martín Caparrós . La excursión arranca en el Amazonas, pasa por el país más pobre de la Tierra (Níger), se detiene en un atolón que desaparecerá si los polos se siguen derritiendo (Majuro) y concluye en la Nueva Orleans que devastó Katrina.

Caparrós lleva la crónica a un horizonte inexplorado. Contra el cambio es un Libro de los libros: un retrato del planeta (versión íntima de Google Earth), un diario sobre el viaje al fin del mundo y un alegato contra las certezas fáciles. También es un álbum de enigmas: "Alguien, alguna vez, va a descifrar el sentido de la dirección de las carreras de los chicos en un país cualquiera y va a entender el mundo". Vivir intriga.

XPARA ESTUDIARx los efectos del cambio climático, Caparrós se adentra en un planeta de las paradojas. Después de consumir miles de kilómetros y kilos de documentos, tiene más preguntas que respuestas. El conservacionismo ambiental propone que el tercer mundo frene su industrialización. ¿Y quién le paga a Guyana por no tener fábricas? "Los países centrales ya hicieron su conquista de la naturaleza, su desarrollo sucio. Y el mundo está como está porque ellos lo hicieron, pero ahora se dedican a dictar normas a los países más pobres sobre cómo proteger esa naturaleza que ellos ya se cargaron: cómo seguir siendo pobres pero verdes", escribe Caparrós.

Antes de que el planeta arda, el hombre acaba con el hombre: "En diciembre pasado Copenhague recibió a los jefes de los países más potentes... Un mes antes, en Roma, en la Cumbre de la Seguridad Alimentaria de la FAO, el secretario general de la ONU dijo que el hambre mata a diez chicos por minuto. Pero la cumbre de Roma no atrajo a ningún grande: los asistentes más conocidos eran Lula, Lugo, Mubarak, Mugabe y Gaddafi , y seguía una lista conmovedora de presidentes africanos; ni un jefe de Estado europeo, norteamericano, asiático de peso". El clima reúne adeptos y millones, el combate la pobreza convoca menos.

En 1997, como vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore rechazó el protocolo de Tokio. Fuera del cargo, se convirtió en profeta del apocalipsis ambiental. Su fortuna ha aumentado desde entonces: los dólares son verdes (el vicepresidente Gore declaró una fortuna de dos millones; una década de militancia en el ecologismo le ha dado cien). El cambio climático es un problema y un negocio.

Lo que separa a los hombres es la desigualdad. El cambio climático democratiza la catástrofe: debe ser enfrentado por todos. Al amparo de esta justificada alarma, surgen oportunismos y empresas lucrativas (incluyendo los créditos de carbono , el derecho a contaminar que un país puede comprarle a otro). La estadística, nueva deidad de la época, disfraza lo real. Al respecto, comenta Caparrós: "Si un hombre se come dos pollos y otro no come ninguno, las estadísticas dicen que en ese sitio cada hombre come uno".

¡Animales del mundo, tenemos un problema! Existimos gracias a que se acabaron los dinosaurios, pero somos responsables de que no se acabe nada más. No basta con crear nuevas razas de perros; hay que salvar hormigas y mejillones. ¿Y si no lo hacemos? La pregunta no viene de la indiferencia, sino de un arduo desafío: salvar del hambre a millones de personas calentará la Tierra otro poquito.

Contra el cambio recuerda que llamamos progreso a las modificaciones que nos gustan. ¿Puede haber un progreso generalizado, que salve al insecto raro y al niño nigeriano? Los productos orgánicos requieren cuidados especiales. EEUU, máximo contaminante de la Tierra, es líder en cultivos puros. ¿Contaminar es un prerrequisito para masticar buenas zanahorias? Hay algo equívoco en esta ecuación. Obviamente, quienes operan la industria no son quienes cultivan hortalizas sin fertilizantes. Los segundos son la conciencia crítica de los primeros, pero se mueven en la misma economía, donde Bono posa para Louis Vuitton. Una idea articula Contra el cambio : la ecología del hombre se llama justicia.

Enemigo del determinismo, Caparrós busca perplejidades; el mundo que recorre es un edén en ruinas, de inaudita belleza, que puede acabar o sobrevivir de muchos modos. Si a algo estamos condenados es a la sorpresa. El pesimismo conservacionista y el cinismo desarrollista son incompatibles con una noción compleja de futuro, extraña parte del tiempo que tiene la vida por delante.