E so tan aterrador de la nueva normalidad, amable y suspicaz lector, pese a su parecido con el Estado Mundial de Huxley no procede de la mente manipuladora de Redondo ni de las veleidades comunistas de Iglesias. Es una creación austriaca de su elitista gobierno. Lo cual no obsta para que ayer mismo el ministro de Universidades y colega de Podemos, en un extenso artículo trufado de verdad e ideología letal anunciara un tiempo nuevo, ojo, por el que tendremos que luchar, pero en el que todos seremos más felices con menos dinero, eso sí con un mínimo vital. Fundamenta su profecía feliz en que la pandemia nos enseñará a financiar la cosa pública de la que depende nuestra futura felicidad en esa nueva normalidad tan similar al Estado Mundial del Mundo Feliz. Todos solidarios en un mundo donde crecen las flores, ríen los niños, oímos cantar a los pájaros y ¡atención! lo más importante, deberemos haber echado a la basura, literalmente, a los que se aferren a sus viejos demonios que nos han llevado a esta destrucción colectiva.

Orwell ya en 1984 nos alertaba de la neolengua, vigilada por el Ministerio de la Verdad en otro Estado Mundial. Lengua en que las palabras ya no significaban lo de siempre, y cuya única finalidad era acabar con el pensamiento divergente. Reaccionemos ahora que todavía hay tiempo. Ahora que todavía se le entiende tan bien a Iglesias cuando grita a la oposición que le pregunta por su letal dirección social de las residencias de ancianos, oposición que cuenta con muchos más parlamentarios que él, que no son fascistas sino parásitos y que España se quitará de encima la inmundicia que representan. Literal.

En esta neolengua, el divergente es el culpable. Olona por ser de Vox y todo aquel cómplice letal si no prorroga el estado de alarma. Un estado que este gobierno cuajado de oportunistas ha aprovechado desde que empezó para colar a Iglesias en el CNI, monitorizar la disidencia, iniciar la destrucción de Muface, amenazar con expropiaciones y nacionalizaciones, implantar de forma acelerada la Nueva Ley de Educación, y no sigo porque no cabe.

*Profesora