Apesar de que con la expresión «para gustos, los colores», que utilizamos para referirnos a que muchas personas pueden tener gustos y preferencias muy diferentes (tantos colores como hay), en lo que se refiere a la política, a nuestro panorama político español, da la sensación que, incluso a pesar de las mezclas, no va a haber color suficiente para asignar a la cantidad ingente de partidos políticos que aparecen apretados en el Congreso de los Diputados, después de estas elecciones del día 10 de noviembre.

Estábamos acostumbrados, o mal acostumbrados, a ver el color rojo y el azul, uno para la izquierda, del PSOE, con 120 escaños, y el otro para la derecha, del PP, con 88 diputados. Ahora, como tercera fuerza, aparece el color verde de Vox, con 52. A continuación, tenemos el color morado, o lila de Unidas Podemos, con 35 diputados, que se han empeñado en poner el femenino «Unidas», en lugar de «Unidos», explicando que «Unidas» significa «las personas», aunque nadie lo piense, en realidad, cuando lo dice.

Después viene, con un color marrón claro «cagueta» que han elegido los 13 diputados de Esquerra Republicana de Cataluña, seguidos esperada o inesperadamente, del color naranja de los 10 diputados de Ciudadanos. Tardarán en olvidar, sobre todo Albert Rivera, este 11 del 11 cuando tuvo que retirarse de la política. Algunos han alabado su decisión, y los que no lo han hecho es porque, posiblemente, deberían haber hecho lo mismo que él, pero parece que han afirmado que no podemos. 8 diputados han conseguido los del Junts per Catalunya, que siempre les ha ido el color azul, pero como ya lo tiene el PP, han optado por un color azul más oscuro.

Con 7 escaños aparece el color verde oscuro del Partido Nacionalista Vasco. Y también de verde, posiblemente porque tienen la suerte de que llueve mucho en su tierra, llegan los 5 diputados de Bildu, pero un verde con un matiz más claro que el verde de Vox. A continuación, Íñigo Errejón, se presenta con sus 3 escaños de Más País, con un color azul clarísimo. Podría haber elegido un color lila claro, pero como a su antiguo compañero Pablo no lo puede ni ver, optó por el color azul claro, supongo que, porque elegir un color rojo apagado, se acercaría mucho a una tonalidad naranja, y no estaban este año las elecciones muy favorables para este color.

Luego aparecen 2 diputados de la CUP, con un color amarillo y otros 2 de la CC, con casi el mismo color amarillo. Supongo que le habrán querido dar un matiz un poco más claro que los de la CUP pero son casi idénticos. Navarra+ consigue otros 2 escaños con un color rojo, pero más claro que el rojo del PSOE, yo diría un rojo amapola translúcido, como si cogiéramos un pétalo de amapola y observáramos el sol a través de él. Después aparece 1 escaño del BNG que, aunque efectivamente su color azul difiere bastante del azul del PP y del azul de JXCat pero, de verdad, tengo mis dudas para diferenciarlo del azul de Más País de Íñigo Errejón.

A continuación, aparece 1 escaño del PRC, que también tiene un color verde, pero no el verde de Vox, ni del PNV, ni de Bildu, sino un verde, también un poco «cagueta», como el marrón de Esquerra. Y, por último, creo, 1 escaño de Teruel Existe, que adquiere la tonalidad de un verde clarísimo, luminoso, mucho más claro que el de Bildu.

Y éstos son los dieciséis partidos políticos, pero hay más, aunque no han conseguido escaños. Para seros sincero, echando un vistazo el otro día a todas las fotos juntas de los líderes de los 16 partidos, debo reconocer que me dieron más miedo que Jack Nicholson en el Resplandor. Comparándolos con otros políticos de antes, Suárez, Felipe González, Duran i Lleida, Fraga, Carrillo, Aznar, Rubalcaba, Julio Anguita, Rajoy, ¡¡no hay color!! ¡Qué envidia de una segunda vuelta que tuviéramos ya!

*Exdirector del IES Ágora de Cáceres.