El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, ha cumplido las expectativas: ha alumbrado un gobierno, en términos generales, a su imagen y semejanza...y a las de su programa electoral. La composición del Consejo de Gobierno era esperada en círculos políticos porque se le otorgaba el carácter de ´prueba del 9´ de la independencia de Vara respecto de su antecesor y del ´aparato´ del partido. Pues bien, ha habido, como señalaba este periódico el pasado domingo en su portada, ´plan renove´. Y lo ha habido no solo por las personas elegidas. En una región como la nuestra, en la que tanto peso han tenido los personalismos, tardará en remitir el impulso de interpretar que el cambio solo puede devenir de la sustitución de unas personas por otras. En este sentido, sería un error interpretar que el ´plan renove´ se reduce al hecho de que mayoritariamente son más (7) los nuevos que los que se quedan (5, con el presidente). Porque también habría habido renovación si Vara hubiera conservado más consejeros del último gobierno de Ibarra. Y no solo porque el de ahora es un gobierno paritario, acorde con el espíritu de la Ley de Igualdad, y en el anterior había 8 hombres y 4 mujeres; y no solo porque la edad media ha bajado de 50 a 42 años... También ha habido ´plan renove´ porque se van a incorporar al gobierno de la comunidad tres personas que proceden directamente de la empresa privada: la vicepresidenta ´económica´, María Dolores Aguilar, y los consejeros de Hacienda y Administración, Angel Franco, y de Industria, Energía y Medio Ambiente, José Luis Navarro. No es una circunstancia para echar en saco roto, ni mucho menos hay que interpretar como un mérito de éstos y un demérito del anterior gobierno, donde ninguno de sus integrantes procedía directamente de la empresa privada. Pero es un rasgo inédito: que la Administración no se nutra solo de la Administración, sino de personas que han demostrado su valía en el hábitat exigente de la empresa privada, es un síntoma de que la Junta acepta el reto de plantear su gestión con el espíritu y la tensión competitivos que requiere la pelea por el progreso que sin dilación ni complejos tiene que entablar esta región.

Además de lo dicho ´el plan renove´ se expresa en la ´transversalidad´ con que está planteada la estructura del nuevo Ejecutivo, que constituye una clara declaración de intenciones: hacer depender la Universidad de Economía es un riesgo, pero es apuntar una concepción de la Uex que necesita abrirse paso: que no es solo un centro educativo, sino una empresa con capacidad para generar investigación, desarrollo e innovación, la materia prima de la que están hechos los productos que mayor riqueza generan; unir agricultura y desarrollo rural indica que el nuevo gobierno cree que el porvenir de los pueblos necesita del progreso del sector primario; relacionar empleo e igualdad se interpreta como que el desempleo de la mujer, que duplica al masculino, es visto como el principal problema laboral de la región; unir sanidad y dependencia remite a la atención socio-sanitaria de las personas mayores, que es uno de los inmediatos retos de la sociedad actual; y tener bajo la misma responsabilidad la industria, la energía y el medio ambiente se compadece bien con el espíritu de Kioto, que exige que el desarrollo industrial tiene que ser compatible con la preservación del medio ambiente.