Todos quieren una foto con Obama porque su liderazgo sigue siendo único, indiscutible y mediático. Un talismán para las crisis políticas que seguirán a las económicas y sociales. Los ciudadanos, tarde o temprano, pasarán la cuenta en las urnas si la situación no revierte. Para paliar el desgaste, para evitar el desplome político, el ungüento es Barack Obama. Obama lo único que no necesita son fotos. Ya se dio un baño de multitudes en Berlín, cuando era candidato. El giro de la política norteamericana al multilateralismo exige contrapartidas. Pasar de las imposiciones de Bush a la participación con Obama en la formulación de estrategias tiene un inconveniente: hay que colaborar en la aplicación de las recetas. En principio no debería ser complicado: el presidente norteamericano se ha contaminado de las recetas europeas: más diplomacia y menos uso de la fuerza, diálogo con los enemigos para neutralizar su agresión, inversión pública y creación del Estado del bienestar donde reinaba el más profundo liberalismo económico. Obama ha convertido en conservadores a muchos países europeos. Pero el tema más espinoso sigue siendo Afganistán. Europa, por su cultura democrática, es reacia al uso de la fuerza: no quiere causar víctimas civiles, pero sobre todo no está dispuesta a recibir a sus soldados en ataúdes. El Reino Unido, socio preferente de Bush, fue la excepción en Irak y también en Afganistán. Ahora todos los países europeos van a ser examinados con una ecuación que probablemente solo tiene una respuesta: si Afganistán --y, en parte, también Pakistán-- significan la mayor amenaza para la seguridad mundial, ¿están ustedes dispuestos a morir y matar por la defensa de nuestro mundo? Una OTAN de dos velocidades en la que los norteamericanos y los ingleses hacen el trabajo duro y los demás se ponen la medalla era posible cuando Bush dictaba las normas y se quedaba con la gloria. Ahora llega el momento de compartirlo todo: hasta la muerte. Así de duro, así de sencillo y así de directo. No será fácil decirle que no a Obama porque los que ansían la foto querrán que pose con ellos.