La política es una rama de la moral que se ocupa de la actividad en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por personas libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva. Es un quehacer ordenado al bien común. Un partido es la referencia de las inquietudes de la gente que creen en sus políticas para gobernar. Y cuando uno se mete a político debe ser responsable del trabajo que va a desarrollar y hacer desaparecer todo lo que huela a corrupción. Sobre todo, respetar las instituciones del estado como desarrollo de la claridad, la prudencia y la transparencia. España es un país con políticas diferenciadas, pero compartida por nuestra democracia. La derecha y la izquierda son ideales que comparte nuestra constitución y estos ideales tienen la obligación de gobernar respetando los derechos de la gente y su dignidad. Nadie, por muy político que sea, no debe anteponer normas o leyes que puedan fastidiar la unidad de nuestro país y sobre todo las buenas relaciones de su gente. La obligación de cada partido es asumir todo por lo que la gente le ha votado, sin arrogancia ni prepotencia, y menos con exigencia. Para llegar a acuerdos no son necesarias formulas infranqueables ni estancadas en el rencor o en el resentimientos, la gente está ya cansada de tanto dime y diretes de algunos políticos, y lo que la gente quiere es, que se consolide de una vez por todas sus valores personales y políticas que una y no separe.