Con la elección de Guillermo Fernández Vara como presidente de la Junta de Extremadura, comienza una nueva legislatura en Extremadura.

Una legislatura que se prevé triste, en la que se ha perdido la ilusión por crecer, por mejorar, por superar de una vez esos retos y promesas que cada cuatro años el Partido Socialista se afana en prometer e incumplir.

Retos como combatir la mayor tasa de pobreza de toda España, el gravísimo problema de la despoblación, mejorar la financiación, la inversión en el ferrocarril o un plan de empleo de 460 millones de euros, que era tan necesario cuando España era gobernada por Mariano Rajoy y del que nada se supo una vez que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa.

Estos son algunos de los problemas que el presidente del Partido Popular de Extremadura le puso sobre la mesa a Fernández Vara en el debate de investidura del pasado martes en la Asamblea de Extremadura. Problemas reales que afectan al día a día de los extremeños.

Porque, pese a que las voces oficiales del socialismo y sus acólitos lo oculten, Extremadura sigue siendo líder en paro, en pobreza y en despoblación. Pero el Partido Popular no va a rendirse, y ya ha quedado bastante patente que será el único que plantará cara al PSOE y a sus recetas caducas, y por eso hará una oposición seria y real a Guillermo Fernández Vara. Será el único contrapeso.

Porque ahora más que nunca es necesaria una oposición en Extremadura, porque todos sabemos el lugar donde el PSOE ha colocado a Extremadura con sus mayorías absolutas.

La memoria, que cuando se trata de política es muy efímera, debe hacernos recordar promesas pasadas del presidente socialista que están totalmente incumplidas, como el plan de infraestructuras 2008-2015, dotado con 18.000 millones de euros y que nunca se ejecutó, como un tren digno, los hospitales de Don Benito-Villanueva y Cáceres, el regadío para Tierra de Barros, y así un largo etcétera de incumplimientos socialistas que el Partido Popular exigirá que se realicen.

Porque no puedes derrotar a la persona que nunca se rinde, y el Partido Popular trabajará estos cuatro años desde la oposición para que Extremadura deje de ser la comunidad autónoma más pobre de España.