No sé sintonizar en mi coche más que las tres emisoras programadas en el concesionario, así que elijo entre la SER, Onda cero y Cadena Cien. Esta es mi preferida, por simpática y optimista. Las otras, con su calidad indiscutible, me provocan el comúnmente conocido como Efecto Intereconomía en la suegra caracterizado por el ascenso brusco del estómago a la boca. Una ataca y otra apoya al Gobierno, pero yo paso y conecto con el programa de Javi Nieves cuando los niños y Jimeno siempre dicen "laaaaverdá". Allí fue donde Rajoy confesó que nunca se hacía la cama. Me carcajeo sin complejos, pues soy capaz de conducir y reírme --otros conductores a los que sorprendo en similar hilarante situación también--. En la esperanza de que Rubalcaba no lo sepa nunca y nos multe también por oír la radio en el coche, huyo de las tertulias donde las derechas insisten en que España va peor y las izquierdas se enrollan culpando a la derecha. Mas pese a lo luminosa, alegre y bienintencionada que se muestra la emisora popular, hoy mi grado de optimismo es cero. Por sus noticias me he enterado de que nuestra España ha bajado del puesto ocho al doce en la relación de las potencias económicas que en el mundo son. Desconfío de los rankings y los organismos internacionales e ignoro los criterios del FMI para establecer su lista, pero la realidad es que el 20% de nuestra población supera el umbral de la pobreza, que el paro roza los cinco millones, que familias enteras son derivadas a Cáritas por unos servicios sociales desbordados, que el desempleo empeorará en los próximos meses según cálculos de la alegre ministra Salgado , que ZP se quedará un tiempo para que todo mejore, que el PP no aporta ni una sola idea, que los ricos son más ricos y los pobres más pobres, que nos cuecen a impuestos, multas, prohibiciones y que mientras un ¿prestigioso? periódico se rasga las vestiduras pues Bildu no condena a ETA con suficiente contundencia, cierto individuo cobra de él por escribir impunemente que uno que mata a su mujer porque esta le quiere abandonar es un chico normal.