WLwa tasa de siniestralidad laboral española, de las más altas de la UE, se concreta en un promedio de tres muertos diarios. Un estudio universitario ha ido más allá de estos datos y ha comprobado que la mayoría de la víctimas de accidentes laborales (casi el 60%) son inmigrantes de países de fuera de la UE, y el porcentaje es mayor referido sólo a las mujeres. El fenómeno se debe, sobre todo, al hecho de que el grueso de la inmigración que ha llegado a España ha asumido empleos que nadie quería en agricultura, industria y construcción. Los sindicatos han dado su respaldo a los datos de este informe, que pone el dedo en la llaga en otra forma de discriminación, la que se aplica a los recién llegados que trabajan en condiciones extremadamente precarias. Es absolutamente condenable que aún haya empresas que basan su rentabilidad en poner en riesgo a empleados mal pagados, sin información sobre los derechos que les asisten y desconocedores de los riesgos del tipo de trabajo que van a realizar porque las más de las veces carecen de preparación. Se trata de la peor de las discriminaciones, que sólo se puede combatir con una actitud más contundente de los sindicatos, las patronales y la Administración.