Ayer pasaba por la Avenida de la Hispanidad. A pocos metros de donde me encontraba se producía el atropello de una mujer que pasaba tranquila y confiadamente por un paso de cebra. No ví el atropello por la distancia, pero sí sus consecuencias. Ahora mismo esta mujer se debate entre la vida y la muerte.

Este es uno más de los atropellos que recientemente se han producido en nuestra ciudad y, si no se ponen medios para evitarlos, no será el último.

Sólo hace falta darse una vuelta por las calles de Cáceres para comprobar la cantidad de puntos peligrosos con riesgo de producirse accidentes.

El caso de la Avenida de la Hispanidad es claro: paso de cebra en el mismo medio de un cruce de varias calles sin ninguna medida disuasoria para la reducción de la velocidad. Y además se encuentra en la mitad de un tramo desde la confluencia con la Avenida de la Bondad hasta prácticamente la altura de los Juzgados, en el que no hay un solo semáforo ni una sola banda sonora o peralte. Es decir, una auténtica autopista.

Recuerdo haber leído semanas atrás una carta de un lector denunciando la peligrosidad de la rotonda que hay frente al Mercadona, por la que pasan coches y motos a gran velocidad. Paso a diario por la misma, y no se ha hecho nada. ¿Es necesario que se produzca una colisión o un atropello para que nos demos cuenta? ¿Va a pasar lo mismo con la Avenida de la Hispanidad?

"Señor Concejal de Tráfico, señora Alcaldesa, tomen cartas en el asunto y pongan medios para evitar esta situación."

Sr. Concejal de Tráfico, Sra. Alcaldesa, tomen cartas en el asunto y pongan medios para evitar esta situación."

Segismundo García Pérez**

Cáceres