WLwa puesta en marcha del Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas (SIG-PAC), que es un gran banco de imágenes de satélite de todas las explotaciones agroganaderas de España, pretende ser una herramienta más de control por parte de las administraciones del destino final de las ayudas agrarias. Las subvenciones al campo --concebidas en 1992 como una compensación al sector por la bajada de precios de los productos-- son necesarias en una región como la extremeña, que recibe más de 600 millones de euros al año, pero también lo es incorporar nuevos mecanismos al sistema para ponérselo lo más difícil posible a esa minoría siempre dispuesta a trincar lo que no le corresponde.

La aplicación, que permite tener controladas desde el aire todas las parcelas, sus usos, propietarios, dimensiones, etc., nace con algunas imperfecciones que deben ser corregidas por la Consejería de Agricultura y por el Ministerio. A la larga, el SIG-PAC debe funcionar bien y agilizar los pagos pero en los inicios se está viendo que es excesivamente lento y presenta demasiadas discrepancias con la información de las parcelas que figura en el Catastro. Nada, sin embargo, que no se pueda subsanar.