La EPA (Encuesta de Población Activa) del último trimestre es desalentadora. Se han destruido 139.000 empleos en España tras dos trimestres en los que se volvía a crear puestos de trabajo. Y el paro ha crecido un poco menos (122.000) solo por la leve caída de la población activa. Son datos malos que confirman que el principal problema --la creación de empleo--, sin el que no habrá ni retorno al crecimiento ni al equilibrio fiscal, sigue ahí. Cierto que, visto en perspectiva, el desastre se modera. En el cuarto trimestre del 2009 se destruyeron 224.000 puestos de trabajo, y ahora, 139.000. En el trimestre final de ese año el paro aumentó en 203.000 personas y ahora en solo 122.000. En todo el 2009, el peor año de la crisis, se destruyeron 1,2 millones de empleos y el paro aumentó en 1,1 millones de personas, mientras que ahora las cifras son muy inferiores, 238.000 y 370.000. El aumento del paro ha superado este año a la pérdida de empleos porque, al revés que en el 2009, aumenta la población que quiere trabajar. Se intuye que la economía ya ha dejado de caer.

En esta misma línea, Extremadura alcanza la mayor tasa de paro desde 1999, un 23,9%. Tiene 118.800 parados, 15.900 más que en 2009. No obstante, como ha recalcado Guillermo Fernández Vara, 2010 ha sido "un año bastante mejor que el anterior, ya que la destrucción de empleo ha sido la mitad en el último trimestre". Quizá el único dato positivo que deja 2010 es el aumento de la tasa de actividad, una paradoja, ya que refleja cómo en un escenario de tanto crecimiento del desempleo hay más gente que se sitúa en el escenario de querer trabajar.

Pero el drama está ahí. El paro ha subido desde el mínimo del 8,3% en el 2007 al 11,3% en el 2008, el 18% en el 2009 y el 20,1% en el 2010, la peor tasa desde la crisis de mediados de los 90. Los hogares con todos sus miembros en paro son ya 1,3 millones, un 8% más que hace un año. En el caso de Extremadura, el drama es aún mayor, por cuanto las familias sin empleo alguno se han incrementado un 35% en el último año hasta superar las 34.000.

El 2010 ha sido menos malo que el 2009, pero con un crecimiento muy frágil (del orden del 0,2%) la economía no genera empleo. Habría que crecer al 2% anual, 10 veces más. Ello obliga al cambio de modelo productivo (menos piedra y más sectores de más valor añadido), y a la ya iniciada reforma laboral. Son asignaturas de recorrido lento que aconsejan un horizonte de moderación salarial (que corrija la pérdida de competitividad) y de estabilidad económica y política.

Esa es la razón última del reciente pacto sobre pensiones. Los sindicatos saben que sin un gran ejercicio de responsabilidad --que han demostrado-- España no despegará y el nivel de vida familiar y el Estado del bienestar sufrirán todavía más. Por eso, el Gobierno, los sindicatos, la patronal y las principales fuerzas políticas --unas más que otras-- respaldan un pacto social conveniente --casi obligado-- para superar la crisis con los menores traumas posibles.