En las elecciones unos ganan y otros pierden. Y en ocasiones la derrota es implacable e insufrible como las experimentadas por UCD, CDS o UPyD, que terminaron desapareciendo. No sabemos qué será en el futuro de Ciudadanos más el electorado le ha juzgado y es la hora de pagar por su conducta errática. Un desastre en una fuerza que pudo ser decisiva para que no ocurriera lo que acaba de ocurrir.

Ha habido en democracia también derrotas que eran victorias y al revés. Derrotas moderadas, agridulces y dulces; victorias abrumadoras, modestas, tristes y precarias. Ejemplo de la última es la que ha conseguido en estas segundas elecciones de 2019 el partido ganador. Este ha perdido 700.000 votos desde abril. Luego convocó esta segunda ronda con varios objetivos, ninguno de los cuales se ha cumplido. Su convocante, según explicaciones que hoy suenan a fiasco, aspiraba sobre todo a ser un presidente de gobierno que durmiera bien y con el socio propuesto, el vetado recuperado, no hubiera podido. Ahora dormirá como lirón, porque lo que ayer le producía insomnio ¡hoy es emocionante e ilusionante!

Tuvo el vencedor el desahogo de reñir todo crispado a sus simpatizantes la noche de autos y de mentir descaradamente proclamando que nos había convocado la democracia, cuando nos había convocado él y solo él, por cálculo electoral y oportunismo. Ha ganado y ya tiene gobierno. Lo que no se hizo con calma y con ventaja clara, se hace ahora tarde y mal. Tragando sapos. Malo para él, malo para España.

Su ya socio, en cambio, que ha perdido solo 800.000 votos, tras parodiarle en campaña, es ahora su vicepresidente favorito, con permiso de Calviño. Y una se teme que, sin que nadie lo remedie, impondrá diálogo con delincuentes sentenciados, relatores e indultos.

A todo esto, nadie en el gobierno en funciones, incluido Marlaska, tiene tiempo de acabar con el corte salvaje de fronteras que, en nombre de la libertad de cuatro gatos, está poniendo en entredicho la capacidad de España para garantizar la seguridad de nuestras carreteras y los derechos de miles de honestos trabajadores.

* Profesora