Vivo en un país en el que las monjas raptan a los niños y los separan de su madre al nacer con la connivencia de médicos y enfermeras. Un país en el que el yerno del Rey parece haber robado a manos llenas el dinero de los súbditos con el aplauso y asentimiento de los presidentes y próceres regionales. Un país en el que el dinero negro y la contabilidad en B parece ser la práctica habitual, mientras la mayoría pagamos religiosamente nuestros impuestos y se nos queda cara de bobos. Un país en el que una columnista fantasma cobra a 3.000 euros el artículo mientras que el resto de 'plumillas' meamos tinta para simplemente sobrevivir. Un país en el que la Iglesia guarda silencio cómplice ante el desorden moral de bancos y políticos. Un país que ha nombrado 'reina del pueblo' a la exmujer de un toreo que se comporta de forma barriobajera. Un país en el que el cotilleo y el acoso escolar por internet son comunes. Un país que solo se pone de acuerdo cuando gana la selección española. Un país en el que el nivel docente cada vez es más bajo y sus universitarios apenas malescriben el idioma que hablan. Un país al borde de la secesión por la locura nacionalista que lo hace ingobernable. Un país en el que se ayuda a los bancos que después aplican desahucios inflexibles a sus clientes. Un país donde se ha instalado el desánimo entre los ciudadanos y la desconfianza de las instituciones. Un país en el que parece que si no metes la mano en el cajón es que eres tonto o medio lelo. ¿Pero... en qué país vivimos? Refrán: El que siembra viento, cosecha tempestades.