Extremadura tiene desde el año 2002 un plan de salud bucodental --el ministro de Sanidad, Bernat Soria, anunció un plan similar hace unos meses para incluirlo en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud-- que permite que los niños entre 6 y 9 años tengan asistencia gratuita salvo para la ortodoncia.

La atención bucodental es una de esas prestaciones que demuestran que un sistema público de salud tiene un completo nivel asistencial. Muchos otros sistemas --y no por ello dejan de ser de calidad-- tienen excluidas entre sus prestaciones el cuidado de los dientes y las encías. Por esta razón es llamativo que, siendo como es ´un lujo´ el que el SES pague este tipo de atención, todavía haya familias en Extremadura que renuncien a ella. Ha habido avances importantes (en el año 2002, el 60% de los niños no acudían al dentista; 6 años después los renuentes se reducen al 20%), pero el que todavía haya familias que "no quieren" llevar a sus hijos al dentista, como señaló ayer el coordinador del Plan de Salud Bucodental, nos enfrenta a un problema de educación y de información que es tan importante como la propia prestación y que es necesario resolver sin demora.