Hace un mes, el ministro del Interior italiano Matteo Salvini sonreía a torso descubierto entre sábanas blancas a los lectores del suplemento XL Semanal. Muchas fueron la personas que consideraron que el posado sexi del dirigente ultraderechista presentaba su xenofobia como la ocurrencia subversiva de un irresistible enfant terrible. «El hombre que se ríe de Europa», rezaba el titular de la publicación.

El atractivo físico es visto en los políticos hombres como un valor añadido, no como una característica que, se tenga o no, siempre pone al sujeto político bajo sospecha, como sucede con las mujeres. Como resultado, los hombres pueden jugar con él. Al contrario que Salvini, la belleza del primer ministro canadiense Justin Trudeau es el broche a su imagen de hombre para el nuevo siglo, por estar al frente de un Gobierno paritario y multirracial. El atractivo rudo del exministro de finanzas griego Yannis Varoufakis acrecentaba su leyenda de azote de la troika en los días más aciagos de su país.

En España, mientras, tres de los cuatro líderes de los partidos más votados se asemejan en estilo al presidente francés Emmanuel Macron, con su apariencia de joven gestor competente, pero fresco como el protagonista de un anuncio de colonia, listo para tomar las riendas en una Europa tan desgastada como desnortada

Conviven con líderes al frente de potencias consolidadas o emergentes que representan en su imagen una idea más tradicional de patriarca, como sucede con el presidente ruso Vladimir Putin -y sus fotos con osos, pescando, en submarinos o practicando kárate- o el chino Xi Jinping. Mucho se ha escrito sobre cómo el ancho pecho del primer ministro indio Narendra Modi, considerado un signo de virilidad, se utilizó durante las elecciones del año 2014 como metáfora de su política contundente y eficiente.

Por muy diferentes que puedan parecer los hombres políticos, todos ellos muestran la versatilidad de la masculinidad. Sea acentuando su faceta más tradicional, sea reinventándose, la representación del hombre político intenta satisfacer las inquietudes nacionales del territorio que pretende gobernar.

* Escritor